Baile de integración
| Jueves 13 septiembre, 2007
Baile de integración
• En un insólito rol femenino, John Travolta encabeza el elenco de una efervescente comedia musical.
Hairspray: Suéltate el pelo
(Hairspray)
Dirección: Adam Shankman. Reparto: Nikki Blonsky, John Travolta, Michelle Pfeiffer, Christopher Walken. Duración: 1.57. Origen: EE.UU. 2007. Calificación: 7.
Los orígenes de “Hairspray: Suéltate el pelo” se ubican en el corazón del más auténtico cine alternativo. En 1988, el cineasta de culto John Waters, autor de clásicos de la contracultura como “Pink Flamingos” (1972) y “Polyester” (1981), realizó “Hairspray” (Laca), sobre las experiencias de una estudiante obesa y amante del baile, en los turbulentos años 60.
Esa historia inspiró una efervescente comedia musical, que triunfó en Broadway a partir de 2002. Ahora, vuelve a la pantalla en este nuevo formato y con un reparto muy llamativo. Lo encabeza John Travolta, en un insólito rol femenino que antiguamente desempeñó el travesti Divine (1945-1988).
Travolta encarna a Edna, una lavandera con evidentes problemas de sobrepeso, quien vive en la ciudad de Baltimore junto a su esposo y a su hija Tracy. Ella sueña con participar en un popular programa de televisión: “El show de Corny Collins”. Pese a la rotunda oposición de su madre, la jovencita acude a una audición y logra ingresar al espacio, convirtiéndose en un símbolo de las luchas a favor de la integración racial.
En su extraño recorrido (del cine al teatro y de vuelta al cine), la obra perdió gran parte de su carga irreverente. Dejó de ser una pieza de humor iconoclasta, pero a cambio adquirió consistencia como espectáculo dotado de conciencia social. En medio de temas que gozan de una frescura indiscutible, se vislumbra la difícil evolución de un pueblo dividido por absurdos prejuicios.
El repertorio melódico no es particularmente memorable, aunque sí ofrece algunas canciones sabrosas, como la inicial “Buenos días, Baltimore”. Entre los actores, además del ya mencionado Travolta, hay otros “pesos pesados” como Michelle Pfeiffer y Christopher Walken, quienes no dan la talla como vocalistas. De hecho, Queen Latifah destaca por ser la única en convencer tanto en la actuación como en el canto. Merece mención aparte la debutante Nikki Blonsky, verdadera revelación del filme, quien sobresale con su carisma natural y simpatía.
La dirección de Adam Shankman (“Más barato por docena 2”, 2005) es plana y poco imaginativa. Shankman se rescata en su faceta de coreógrafo, elaborando las secuencias de danza con dinámica precisión.
Finalmente, “Hairspray” trasciende sus propias ingenuidades y concreta un movido himno a la tolerancia, que contagia con su brío, alegría y positivismo.
• En un insólito rol femenino, John Travolta encabeza el elenco de una efervescente comedia musical.
Hairspray: Suéltate el pelo
(Hairspray)
Dirección: Adam Shankman. Reparto: Nikki Blonsky, John Travolta, Michelle Pfeiffer, Christopher Walken. Duración: 1.57. Origen: EE.UU. 2007. Calificación: 7.
Los orígenes de “Hairspray: Suéltate el pelo” se ubican en el corazón del más auténtico cine alternativo. En 1988, el cineasta de culto John Waters, autor de clásicos de la contracultura como “Pink Flamingos” (1972) y “Polyester” (1981), realizó “Hairspray” (Laca), sobre las experiencias de una estudiante obesa y amante del baile, en los turbulentos años 60.
Esa historia inspiró una efervescente comedia musical, que triunfó en Broadway a partir de 2002. Ahora, vuelve a la pantalla en este nuevo formato y con un reparto muy llamativo. Lo encabeza John Travolta, en un insólito rol femenino que antiguamente desempeñó el travesti Divine (1945-1988).
Travolta encarna a Edna, una lavandera con evidentes problemas de sobrepeso, quien vive en la ciudad de Baltimore junto a su esposo y a su hija Tracy. Ella sueña con participar en un popular programa de televisión: “El show de Corny Collins”. Pese a la rotunda oposición de su madre, la jovencita acude a una audición y logra ingresar al espacio, convirtiéndose en un símbolo de las luchas a favor de la integración racial.
En su extraño recorrido (del cine al teatro y de vuelta al cine), la obra perdió gran parte de su carga irreverente. Dejó de ser una pieza de humor iconoclasta, pero a cambio adquirió consistencia como espectáculo dotado de conciencia social. En medio de temas que gozan de una frescura indiscutible, se vislumbra la difícil evolución de un pueblo dividido por absurdos prejuicios.
El repertorio melódico no es particularmente memorable, aunque sí ofrece algunas canciones sabrosas, como la inicial “Buenos días, Baltimore”. Entre los actores, además del ya mencionado Travolta, hay otros “pesos pesados” como Michelle Pfeiffer y Christopher Walken, quienes no dan la talla como vocalistas. De hecho, Queen Latifah destaca por ser la única en convencer tanto en la actuación como en el canto. Merece mención aparte la debutante Nikki Blonsky, verdadera revelación del filme, quien sobresale con su carisma natural y simpatía.
La dirección de Adam Shankman (“Más barato por docena 2”, 2005) es plana y poco imaginativa. Shankman se rescata en su faceta de coreógrafo, elaborando las secuencias de danza con dinámica precisión.
Finalmente, “Hairspray” trasciende sus propias ingenuidades y concreta un movido himno a la tolerancia, que contagia con su brío, alegría y positivismo.