Argentina y China tras solución de controversia comercial
| Miércoles 29 agosto, 2007
Argentina y China tras solución de controversia comercial
Funcionarios de Argentina y China se reunirán hoy en Buenos Aires para poner paños fríos a una controversia por trabas aduaneras a productos del país asiático, que reaccionó con dureza y demoró embarques de soja argentina, informaron fuentes diplomáticas.
Mientras, la Unión Industrial Argentina respaldó las medidas aplicadas por el Gobierno hace diez días al ingreso de textiles, neumáticos, juguetes, zapatos y productos de cuero chinos, entre otros, con el fin combatir el comercio desleal y proteger a empresas locales.
Argentina puso además en vigor un nuevo listado de 5 mil precios de referencia arancelarios, con lo cual los productos facturados por debajo de este criterio tendrán que pagar derechos adicionales, según anunciaron las autoridades aduaneras locales.
El secretario argentino de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, y el embajador de China en Buenos Aires, Shang Tuo, se reunirán y almorzarán el miércoles en busca de superar la controversia, según las fuentes diplomáticas.
El director ejecutivo de la Cámara de la Producción, Industria y Comercio Argentina-China, Ernesto Fernández Taboada, señaló, a su vez, que la semana próxima habrá en Buenos Aires una reunión de agentes de aduana de los dos países “para arreglar el asunto”.
El Ministerio de Comercio de China expresó su “grave preocupación” por las restricciones aduaneras que aplica Argentina, tercer productor y exportador mundial de soya y líder en el renglón de aceites de granos oleaginosos.
“Es irracional e inaceptable por parte de Argentina que haya tomado esta decisión sin notificarla previamente a China”, señaló en un comunicado.
Al mismo tiempo, las autoridades chinas demoraron la entrada al país de tres embarques de un total de 150 mil toneladas de soja para hacerles un minucioso análisis fitosanitario, medida que los exportadores locales interpretaron como una represalia.
Los embarques habían sido colocados en China por las multinacionales Cargill y Louis Dreyfuss y la Asociación de Cooperativas Argentinas, cuyos portavoces expresaron su preocupación por la controversia comercial.
Funcionarios de Argentina y China se reunirán hoy en Buenos Aires para poner paños fríos a una controversia por trabas aduaneras a productos del país asiático, que reaccionó con dureza y demoró embarques de soja argentina, informaron fuentes diplomáticas.
Mientras, la Unión Industrial Argentina respaldó las medidas aplicadas por el Gobierno hace diez días al ingreso de textiles, neumáticos, juguetes, zapatos y productos de cuero chinos, entre otros, con el fin combatir el comercio desleal y proteger a empresas locales.
Argentina puso además en vigor un nuevo listado de 5 mil precios de referencia arancelarios, con lo cual los productos facturados por debajo de este criterio tendrán que pagar derechos adicionales, según anunciaron las autoridades aduaneras locales.
El secretario argentino de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, y el embajador de China en Buenos Aires, Shang Tuo, se reunirán y almorzarán el miércoles en busca de superar la controversia, según las fuentes diplomáticas.
El director ejecutivo de la Cámara de la Producción, Industria y Comercio Argentina-China, Ernesto Fernández Taboada, señaló, a su vez, que la semana próxima habrá en Buenos Aires una reunión de agentes de aduana de los dos países “para arreglar el asunto”.
El Ministerio de Comercio de China expresó su “grave preocupación” por las restricciones aduaneras que aplica Argentina, tercer productor y exportador mundial de soya y líder en el renglón de aceites de granos oleaginosos.
“Es irracional e inaceptable por parte de Argentina que haya tomado esta decisión sin notificarla previamente a China”, señaló en un comunicado.
Al mismo tiempo, las autoridades chinas demoraron la entrada al país de tres embarques de un total de 150 mil toneladas de soja para hacerles un minucioso análisis fitosanitario, medida que los exportadores locales interpretaron como una represalia.
Los embarques habían sido colocados en China por las multinacionales Cargill y Louis Dreyfuss y la Asociación de Cooperativas Argentinas, cuyos portavoces expresaron su preocupación por la controversia comercial.