A un año de relaciones con China
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 26 mayo, 2008
Al cumplirse un año del establecimiento de vínculos diplomáticos entre la República Popular de China y Costa Rica, el sector empresarial lo celebra por las posibilidades que se abrieron de hacer negocios con esa nación.
Son grandes las asimetrías entre ambos estados, como se sabe, desde diversos ángulos como el geográfico o el político, entre otros.
Muchos son los aspectos en los que difieren ambos países. Mientras el sistema existente en la potencia asiática es el de un estado comunista, Costa Rica es una democracia.
No obstante, vivimos una época que significó el despertar a una nueva realidad, el pragmatismo imperante en el inicio del siglo.
En otra época, una nación democrática difícilmente se planteaba la posibilidad de establecer relaciones con una comunista. No obstante, hoy el dinamismo de la economía china hizo que se viera como una necesidad impostergable establecer relaciones con ese país.
El inicio de este acercamiento con Pekín, sin embargo, significó la suspensión de relaciones con Taiwán, la cual se llevó a cabo de un modo que generó no pocas críticas entre sectores de la sociedad. Además de los aspectos formales, muchos vieron mal este rompimiento con un país que había colaborado mucho a la solución de varios problemas de Costa Rica.
Hoy, al cabo de un año de relaciones con China, ese país ha manifestado su interés de brindar ayuda económica para algunas necesidades de Costa Rica, que el gobierno decidió encauzar hacia la construcción de un nuevo estadio y hacia recursos para combatir la inseguridad ciudadana.
Más allá de las ventajas que puedan obtener los empresarios y el país como producto de las nuevas relaciones con China, es importante recordar que cualquier ayuda que ese país pueda ofrecer y concretar, deberá enmarcarse dentro de una absoluta transparencia.
Los costarricenses deberán tener muy claro en qué forma se han acordado dichas ayudas.
Esto, por cuanto lo contrario, es decir, si las autoridades toman el camino del secretismo en las relaciones con esta o con cualquier otra nación, generará siempre suspicacias. Por ello las cosas deben hacerse bien desde el inicio.
Este principio, la transparencia, deberá estar siempre presente, como característica constante en la lucha contra el abuso del poder.