PERFIL EMPRESARIAL SEGURIDAD

Vacaciones escolares sin cámaras viales

Inicio del plan era para el comienzo del curso lectivo

La presidenta Laura Chinchilla prometió poner en marcha el programa de regulación vial mediante cámaras para el inicio del curso lectivo.
En pocos días salen los centros educativos a receso de medio periodo y no se ha encendido una sola cámara en ninguna de las vías que abarcaría el plan.

El atraso es un espejo de cómo actúa la función pública: muchos estudios, división de criterios y falta de quórum en las entidades que deben tomar la decisión.
Se apostó a los ojos electrónicos como una salida ante la alta incidencia de accidentes de tránsito y de muertes en los caminos más peligrosos de la capital.
En las ciudades en que se ha implementado se logró reducir los percances entre un 30% y un 60%; la diferencia la hacen el número de vehículos y calidad de la ruta.
La tecnología hace las veces de oficiales de tránsito: mide la velocidad de los conductores y sanciona a quienes excedan los límites.
Las fotos que hacen las cámaras a las placas y los vehículos son las pruebas irrefutables del abuso de velocidad en que incurren los conductores.
Sin embargo, pese a que las cámaras ya están instaladas y solo falta colocar unas cuantas más, no se pueden utilizar para resguardar la vida de la población.
Una cadena de problemas es lo que provoca que las cámaras permanezcan sin uso a pesar de que se están asoleando y mojando.
Uno de ellos es que a pesar de varias semanas de estudiar las propuestas técnica y financiera del contrato, el Cosevi no ha decidido si le contrata el servicio a Racsa.
Se escogió Racsa porque es la empresa que se puede contratar más rápidamente y eso, en teoría, aceleraría la puesta en marcha del contrato.
Otro problema es el atraso en la publicación del nombramiento de Silvia Bolaños como viceministra de Transportes.
Al tener ese cargo un puesto en el Cosevi y al hacer falta un miembro de ese Consejo, no se podía conformar el quórum que permitiera discutir el tema.
No obstante, superadas todas las trabas, los encargados de decidir si se le contrata el servicio a Racsa o no, aún no tienen una respuesta.
En caso de que se decida rechazar la propuesta de Racsa y se saque un concurso para escoger una nueva empresa, habrá que esperar aún más por las cámaras.
Con ese escenario quizás el plan de ojo vial electrónico podría estar listo para el próximo inicio de curso lectivo y, si no se apura, para el de 2015.

Danny Canales
dcanales@larepublica.net