Las cifras no eran reales
| Martes 17 julio, 2012
El cuadro publicado por este medio ayer, con datos de nuestro crecimiento económico, demuestra claramente que el mayor yerro se dio con respecto al agro
Las cifras no eran reales
La economía nacional no crece como se había dicho.
Una corrección a la baja de ese incremento, con respecto a la dada anteriormente por el Banco Central, ha suscitado algún grado de incertidumbre.
Si bien la corrección tiene que ver con todos los sectores productivos, el cuadro publicado por este medio ayer demuestra claramente que el mayor yerro se dio con respecto al agro.
Es en ese sector donde vemos un considerable menor crecimiento que impacta sobre el promedio general, sobre los datos iniciales dados por el Central.
Mientras se pensaba que el agro crecía casi en un 3% mensual, lo hacía a menos de la mitad de ese valor.
Estos nuevos datos sobre la realidad del crecimiento de nuestra economía, coinciden con lo que hemos opinado en este espacio acerca de la necesidad de atender el agro.
Lo que corresponde hacer en ese sector no son acciones cosméticas o consistentes en subvenciones u otro tipo de “soluciones” causantes de distorsión.
Lo que debe hacerse es una verdadera reconversión, que debió llevarse a cabo cuando se hacían los esfuerzos por aprobar las leyes que permitirían la ampliación de la apertura comercial de Costa Rica con el mundo.
De mismo modo que debió prepararse a otros sectores de la economía que requerían estar preparados para sacar provecho de la apertura en lugar de verse perjudicados con ella.
Dicha reconversión del agro deberá tecnificar al sector de modo que sea mayor su productividad y el valor agregado a sus productos para tornarlo competitivo. Debe contemplar el apoyo a los agricultores para que unidos resuelvan los problemas de intermediación que en algunos casos también los asfixian y amenazan.
Esta labor con el sector no solo modificará positivamente las cifras totales de nuestro crecimiento económico sino que, como lo hemos dicho en otras ocasiones, pondrá al agro en condición de ser factor importante de impacto positivo sobre ese crecimiento y evitará migraciones inconvenientes a todas luces de los pobladores del campo hacia los cinturones de pobreza urbanos.