La cuestión de la energía
| Lunes 22 septiembre, 2014
Los sistemas fotovoltaicos y eólicos son cada vez más accesibles para las personas, mucho más para las empresas, que son las que más energía consumen
La cuestión de la energía
Dentro y fuera de las redes sociales, diferentes personajes del sector privado del país hacen comentarios negativos, abusando de las falacias que asocian lo público con lo ineficiente y lo privado con lo eficiente.
Dado que muchas personas ignoran las diferencias entre la administración pública y la administración privada y otros se aprovechan de ello para ganar auditorio, me voy a referir a las que existen entre sector privado y sector público, específicamente en materia energética.
Ante la visita del expresidente Bill Clinton y sus comentarios a favor de la energía fotovoltaica como punta de lanza de las energías alternativas, algunas personas lo cuestionaron haciendo mofa de “esos panelitos” no sirven y se burlan de quienes buscan alternativas ecológicas. Otras personas señalan las trabas burocráticas de la gestión pública como la “incapacidad” para brindar soluciones.
En este punto hay que destacar que el exceso de “trabas” han sido resultado del abuso en las apelaciones del sector privado en materia de licitaciones y a múltiples casos de corrupción en diferentes áreas en que el sector privado buscó solo su beneficio a costa de los recursos públicos.
El otro aspecto apremiante es que es dentro del sector público se dan dilatadas acciones en materia energética. Mientras algunas personan han buscado tarifas preferenciales, otras han invertido en soluciones placebo: invertir en una planta térmica de alto costo que solo opera ocasionalmente (activo “pasivo”) y que cuando lo hace genera más costos.
Cuando alguien critica al sector público, de paternalista y que distorsiona el mercado, olvida de sus pares que esperan que el Estado les ayude “gratuitamente”.
Al respecto, hay que señalar que la Cámara de Industrias de Costa Rica tiene años realizando Congresos Nacionales de Energía, en los cuales buscan panelistas locales y extranjeros para aprender opciones.
Solo para muestra, en el III Congreso realizado en Febrero de 2011, cada persona expuso planes de acción, la búsqueda de competitividad y sostenibilidad, así como casos exitosos de empresas que han logrado reducir su “huella de carbono”.
“Debemos dejar de pensar en la escasez y abramos la mente a las oportunidades” dijo en su discurso de clausura el entonces presidente de la C.I.C.R., Marco Meneses. Desde entonces, congresos van, congresos vienen y el sector industrial y el resto del país sigue dependiendo de suministros costosos, deficitarios y expuestos al fantasma de su ausencia.
Los sistemas fotovoltaicos y eólicos son cada vez más accesibles para las personas, mucho más para las empresas, las cuales son las que más energía consumen. Esperar que el Estado invierta en fincas solares y eólicas para disminuir el déficit energético, no solo es fomentar el paternalismo estatal que suelen cuestionar: es seguir dependiendo de un sistema colapsado, en lugar de invertir en lo propio y lograr la independencia en materia energética, ya no solo como agentes económicos.
Luis Guillermo Quesada Sibaja