Venezuela votó por un gran cambio, pero Maduro sigue al mando
Bloomberg | Miércoles 23 marzo, 2016 12:00 a. m.
Los legisladores bramaban furiosos durante el debate de la semana pasada.
“¡Este decreto no es necesario!”, gritó el diputado Simón Calzadilla, uno de los principales parlamentarios de la oposición, en una típica declaración en contra de un proyecto de ley para extender el estado de emergencia. Al presidente Nicolás Maduro, agregó, no debe permitírsele extender el uso inconstitucional de tal poder. Venezuela había votado por un cambio en diciembre, y un cambio es lo que debería recibir.
La votación fue abrumadora: dos tercios en contra de la extensión. Permiso denegado.
Horas después, la Corte Suprema, repleta de jueces que fueron designados a último minuto por los socialistas gobernantes, anuló la decisión del Congreso: los poderes de emergencia de Maduro se extendieron.
Así está la cosa cuatro meses después de una abrumadora victoria de la oposición en Venezuela alguna vez vista como el anunciado fin del chavismo, la revolución de izquierda de 17 años que ha ayudado a llevar a la quiebra a esta nación que en otro tiempo gozó de riquezas. Los vencedores debaten. Votan. Casi nada cambia.
La esperanza se agota
Maduro aprovechó los hilos de poder tanto antes como después de la derrota electoral de su partido. Mientras que el país observa al gobierno ordenar una semana de descanso para ahorrar electricidad, la esperanza se agota.
“Hay una diferencia entre el poder electoral y el poder político”, dijo Dmitris Pantoulas, un consultor político con oficina en Caracas.
Luis Vicente León, jefe de la firma de encuestas Datanálisis, dijo que la oposición “no puede llevar a cabo sus deberes constitucionales a causa de un control total y absoluto del gobierno sobre todas las demás instituciones”.
Bloqueo de decisiones
Antes de que los nuevos parlamentarios, llenos de planes ambiciosos, asumieran sus puestos, el congreso saliente designó a más de una docena de jueces de la Corte Suprema leales a los socialistas. Desde entonces, la suprema corte ha bloqueado las decisiones del congreso y limitado su supervisión – evitando que cambie la composición de la propia corte.
Al ver sus poderes legislativos neutralizados, los opositores de Maduro dejaron de lado las esperanzas de alcanzar un acuerdo con el gobierno, duplicando los esfuerzos para destituir al presidente antes de que finalice su mandato en 2019. Esto implica varios esfuerzos simultáneos: modificar la constitución para acortar su mandato, generar un referendo de destitución y reavivar una ola de protestas populares para presionar la renuncia del presidente.
Aumento del precio del petróleo
Incluso las apuestas de que el desplome de los precios del petróleo podría conducir a un cambio político con menores ingresos gubernamentales y con una cotización de bonos cercana a niveles de impago, se han ido de las manos. El crudo, la principal fuente de ingresos del país, ha subido un 35% en las últimas seis semanas a aproximadamente $40 por barril, proporcionando al gobierno de Maduro un cierto alivio.
Maduro también se ha visto favorecido por la falta de respuesta coordinada de sus opositores que se encuentran divididos por el resentimiento de antiguas rencillas.