Tasas de interés y tipo de cambio resentirán falta de avance de agenda con el FMI

La economía nacional está a las puertas de sufrir un fuerte golpe si no se aprueba la agenda de proyectos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), antes de que acabe junio.

El riesgo es latente y basta con poner de ejemplo el proyecto de Empleo Público, el cual se encuentra estancado en el plenario, cuando la hoja de ruta de hitos que debe cumplir Costa Rica al FMI, establece que su aprobación debe darse a más tardar este mes.

Las consecuencias de la falta de avance van más allá de la mala imagen internacional y no recibir el primer desembolso por $296 millones, y los tractos semestrales.

El propio Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central, ha venido advirtiendo que de no aprobarse por la Asamblea Legislativa en el primer semestre atrasaría la primera revisión, el programa entraría en suspensión y eso desataría el temor en los mercados, lo que se reflejaría en aumentos en tasas de interés para el Gobierno y para todos los costarricenses.

La justificación se centra en que se cerrarían las puertas internacionales para que el gobierno se financie, por lo tanto, Hacienda tendría que concentrarse meramente en el mercado interno, lo que genera mayor presión sobre las tasas de interés locales, tanto en colones como en dólares, explicó Silvia Jiménez, gerente de Inversiones del Mercado de Valores.

De esta manera, todos los deudores, familias, personas y empresarios, tendrían que sacrificar recursos para atender el mayor pago de la carga de intereses.

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Y el efecto dominó seguiría pues, si las tasas de interés crecen, habrá una contracción de las inversiones y con ello de la producción, debido a que, con una mayor incertidumbre, una de las reacciones más recurrentes sería el posponer decisiones de inversión y consumo.

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Un consumo ya afectado, considerando que 21 de cada 100 ticos afirma no poder realizar gastos discrecionales en este momento, según la Encuesta de Confianza del Consumidor más reciente.

Sin dejar lado las potenciales presiones para el tipo de cambio.

“Se podrían generar movimientos de carteras de inversión, donde se busque incrementar la proporción de inversiones en dólares, alimentando las expectativas de mayor devaluación de nuestra moneda”, dijo Jorge Martínez, gerente de Servicios Técnicos de la Bolsa Nacional de Valores.