¿Seguridad alimentaria o mejor precio? Arroceros y gobierno en guerra abierta

Bajar el precio del arroz en unos ¢300 por kilo beneficiaría a los costarricenses más pobres sin duda alguna, además de eliminar un arancel histórico que impide una mayor competencia en el mercado local.

Sin embargo, la medida tendría un costo de oportunidad alto para el país, según los productores e industriales, quienes advierten que Costa Rica pondría en riesgo su seguridad alimentaria.

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Y es que al reducirse el arancel a la importación del arroz de 36% a 5% como propone el presidente Rodrigo Chaves, se corre el riesgo de quebrar a los productores nacionales.

Además, el cambio en el mercado arrocero llegaría en un mal momento, al existir una crisis mundial de alimentos y una escasez de productos, provocada principalmente por la pandemia y la crisis de Ucrania y Rusia.

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En ese sentido, la misma ONU señaló la semana pasada que hay un retroceso mundial en la lucha por la seguridad alimentaria y contra el hambre mundial, la cual, fue padecida por más de 800 millones de personas en 2021.

En el país, existen 400 pequeños y medianos productores que abastecen el 40% del arroz que se consume, los cuales, quedarían en riesgo con el cambio propuesto por Chaves para el mercado arrocero.

“El problema es que la cancha no está pareja y no podemos competir en igualdad de condiciones, porque aquí los costos de producción son muy altos. La gasolina, la electricidad, los insumos y la semilla, por ejemplo, hacen que Costa Rica no sea competitiva”, dijo Guido Vargas, presidente de Upanacional, quien teme que los arroceros sufran el mismo destino que los frijoleros.

La sombra del desabasto es otra alerta, en momentos en que la misma ONU está anunciando una crisis de alimentos.

“Es como que decirle a un vecino que le administre la alacena cuando se está pasando por una situación económica difícil, aseguró Eduardo Rojas, presidente de la Asociación de Importadores de Arroceros.

La hipótesis de los productores es refutada por los consumidores, economistas e importadores, los cuales, afirman que existen productores que tendrán la posibilidad de competir, a la vez, que el precio del arroz bajará beneficiando a todos los costarricenses.

“El país es deficitario desde hace muchos años y la producción nacional viene bajando, por lo que, se debe importar un 60% del consumo. Es mentira que de la noche a la mañana los productores vayan a desaparecer. La medida sí los obligaría a ser más eficientes y estoy seguro que no existirá un desabasto ya que nunca se ha dado y por años hemos tenido que importar”, destacó Erick Ulate, presidente de Consumidores de Costa Rica.

Por otra parte, es mentira asegurar que una mayor importación esté relacionada con una mayor inseguridad alimentaria.

“El país tiene más de 120 años de importar trigo y nunca se ha dado un desabasto. Lógicamente que muchos productores de arroz sufrirán, pero son aquellos que tienen menos de 50 hectáreas, los cuales, desde hace mucho tiempo debieron haber buscado un traslado de su producción porque son poco rentables”, aseguró Víctor Umaña, economista.

La solución ante la baja en el impuesto a la importación es que exista más competitividad por parte del productor nacional y así lo reconoció el mismo gobierno.

“Se va a trabajar en dos frentes, el primero es un programa de asistencia y acompañamiento técnico para el productor arrocero incentivando el riego en zonas con alto potencial para la producción de arroz, además de mejorar la semilla. Por otra parte, ayudaremos a todo agricultor que quiera iniciar un proceso de transformación hacia otras actividades”, destacó Laura Bonilla, ministra de Agricultura y Ganadería.