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La crisis griega: ¿Qué podemos aprender?

Gerardo Corrales gcorralesbrenes@gmail.com | Viernes 31 agosto, 2018


La crisis griega: ¿Qué podemos aprender?

Costa Rica se encuentra en una coyuntura política económica de gran trascendencia para nuestro futuro y el de las nuevas generaciones.

Las decisiones de política económica y de reformas legislativas que se vayan a tomar en esta Administración, serán recordadas en la historia costarricense, como las que lograron sortear la crisis o por el contrario, las que terminaron hundiendo y comprometiendo el futuro del país.

Dado que Grecia es un caso reconocido y verídico de cómo no debe manejarse la economía y en especial, las finanzas públicas, resulta de interés investigar, cuáles fueron las causas que llevaron a ese país a una magnitud de una crisis económica severa en el año 2011, para poder aprender de los errores cometidos y obtener aprendizajes en beneficio de las medidas que se vayan a tomar en nuestro país.

Grecia es un país europeo, con una población actual de 11 millones de habitantes; un producto interno bruto de $227 mil millones; un ingreso per cápita cercano a los $21 mil y con un crecimiento anual real actual de su producción en un 2%.

Costa Rica tiene una población de 5 millones; un producto interno bruto cercano a los $60 mil millones y un ingreso per cápita de $12 mil, con un crecimiento real anual de su producción de un 3%.

Sin embargo, Grecia ha sido el ejemplo de análisis de un país desarrollado que, por la irresponsabilidad política y el despilfarro de recursos públicos, fue declarado en quiebra y que llevó a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional a intervenir con paquetes financieros de salvamento para evitar un efecto contagio sobre el resto de Europa, lo cual significó inyectar miles de millones de dólares para resolver los problemas económicos que internamente no fueron abordados a tiempo.

Costa Rica no tiene el respaldo de una Unión similar a la Europea y si bien, al igual que Argentina, podría acudir a un Programa de Rescate con el Fondo Monetario Internacional, este vendría lleno de una serie de condicionantes y ajustes de gran magnitud en perjuicio de las clases sociales más necesitadas, que mi preferencia es ojalá lograr que con una visión país, los partidos políticos puedan renunciar al populismo y pensamiento electoral, para aprobar una solución a la tica que nos permita salir de la coyuntura crítica en la cual estamos.

La historia económica reciente de Grecia puede dividirse en una etapa de bonanza y crecimiento antes de la crisis global del año 2008; una segunda etapa del impacto mayor de la crisis en el año 2011 y finalmente, la situación actual, que como resultado de una serie de medidas severas y de alto impacto negativo sobre la sociedad, están logrando salir de los momentos críticos pasados.

Los datos de los peores momentos de la crisis económica se pueden resumir en un nivel de deuda pública cercana a los $400 mil millones, equivalente al 190% del PIB; un déficit fiscal en su punto más alto de un 15%; un déficit primario de un 10% y con una situación depresiva en la actividad económica, que se vio reflejada en una caída de su producción en 2011 de un 9% y del periodo 2008 a 2015, el PIB pasó de $356 mil millones a $195 mil millones, es decir, una caída en la capacidad productiva de un 45%, con un retroceso de más de una década en su nivel de producción. Casi la mitad, del aparato productivo del país se vio paralizado por esta situación.

Hoy, el PIB de Grecia es cercano a los $225 mil millones, situación que es aún un 25% inferior a la etapa previa a la crisis.

En una situación de recesión económica, quienes sufren más las consecuencias de la contracción son los asalariados y eso exactamente pasó en Grecia, donde la tasa de desempleo previo a la crisis era inferior al 7% y en el momento más crítico subió a cerca de un 30% y hoy se mantiene en un 18%, de los niveles más altos a nivel europeo.

Otro de los impactos mayores de la crisis griega fue que las agencias calificadoras de riesgo reclasificaron la capacidad de pago del gobierno de grado de inversión a niveles especulativos o como se conoce en el medio de bonos chatarra, especulativos o basura, lo cual significó un descuento, pérdida o quita de hasta un 50% de su valor.

Estos bonos a su vez eran parte de los fondos de pensión; carteras de inversión de inversionistas institucionales como compañías de seguros; fondos de inversión; reservas de liquidez de los bancos; portafolios de inversión individuales de personas o empresas, con lo que las pérdidas de valor fueron de gran impacto en la solvencia de dichas entidades.

Al día de hoy, y como resultado de los programas de salvamento, el gobierno griego se vio obligado a tomar una serie de medidas de gran austeridad en la reducción de gastos públicos; recorte de pensiones; aumentos de impuestos; despidos masivos, con lo cual, el déficit fiscal actual se encuentra en el 0% y con un superávit primario de más del 3%, lo que ha hecho que la agencias calificadores recientemente, hayan subido su categoría de riesgo a B+, que es una grada inferior a la calificación actual de la deuda soberana de Costa Rica, BB-.

Como forma de aprendizaje de la crisis griega, se procede a enunciar algunas de las causas que llevaron a esta situación de insolvencia o default:

1- Una cultura de la sociedad griega de vivir de plata prestada, tirando la pelota hacia adelante asumiendo deudas de forma irresponsable para financiar gastos corrientes del gobierno, decisiones tomadas por anteriores gabinetes, trasladando el problema a las futuras generaciones, en lugar de haber tomado las medidas estructurales de cambio necesarias en su momento.

2- El reconocimiento público de un país que se vio inmerso en un ambiente de altos niveles de corrupción y clientelismo, tanto público como privado.

3- Efectos recesivos de la crisis global mundial del año 2008-2009, sobre una economía que tenía falseados sus cimientos macroeconómicos

4- Un gasto en las obras para los Juegos Olímpicos de Atenas del año 2004, que, sin mayor control, se duplicaron respecto a los presupuestos originales y financiados con deuda estimada en 11 billones de euros.

5- La contabilidad nacional no solo era errónea, sino que se había falsificado para mostrar un déficit fiscal artificial que se suponía previó a la crisis que era del 3%, cuando en la realidad al hacer los ajustes por terceros objetivos, el dato real superaba el 10%.

6- El turismo y el transporte marítimo que eran los soportes de la actividad económica fueron fuertemente golpeados por la crisis global de 2008-2009 y el país no se había preparado con un plan de contingencia o diversificación económica para compensar estos efectos recesivos.

7- Pérdida de confianza y credibilidad de los inversionistas locales, internacionales y agencias calificadoras de riesgo por la falta de medidas preventivas para resolver la crisis fiscal y el nivel de endeudamiento público, lo cual encareció aún más las tasas de interés de las nuevas emisiones de deuda soberana

8- Se implementó un programa inicial de rescate con medidas muy fuertes de aumento de impuestos y creación de nuevos impuestos, pero sin que esto fuese acompañado de medidas de estímulo o reactivación económica al sector privado, por lo que los estimados de recaudación no fueron los esperados por los efectos recesivos de los impuestos y una mayor evasión y elusión fiscal.

9- Entre los años 2001 a 2008, la población del país subió un 1,5%, mientras que el número de funcionarios públicos creció en ese mismo periodo más de un 20% y el gasto público un 50%.

10- Alto nivel de endeudamiento de las familias y de las empresas, promovido por un crecimiento de la banca buscando aumentar sus ganancias y participación de mercado, irrespetando normas prudenciales de análisis de riesgo.

11- Un modelo económico-social construido sobre cimientos artificiales y sin lógica económica-financiera, solamente para servir a ciertos grupos de presión. Entre los ejemplos a destacar:

a. Las hijas solteras o divorciadas, así como las esposas de funcionarios públicos fallecidos tenían derecho de seguir cobrando las pensiones de aquellos.

b. La administración pública griega tenía cientos de comités y entidades para gestionar todo tipo de asuntos sin preocupación de los tiempos de respuestas; medición de ejecutoria o exceso de trámites y requisitos. Por ejemplo, existían decenas de funcionarios públicos con la responsabilidad de cuidar del lago Kopais, con más de 80 años de haberse quedado sin agua.

c. La empresa pública de ferrocarriles generaba ingresos por 100 millones de euros anuales, pero solo por salarios y beneficios pagaban 400 millones y en otros gastos, 300 millones más.

d. El salario promedio de un empleado público griego, más que triplicaba el salario medio nacional

e. El costo de la masa salarial del sector público se duplicó en 12 años

f. Grecia no llevaba ni sabía las cuentas de lo que realmente se había gastado en la gestión pública; solo sabían lo que iban a gastar, lo cual, según un funcionario del FMI, resulta lo más parecido a la situación de un país tercermundista.

g. El Ministro de Hacienda que tomó el control en el momento de la crisis, no paró de descubrir agujeros o faltantes en las finanzas públicas. Por ejemplo, se dio cuenta que se habían omitido más de 1 billón de euros anuales en el sistema de pensiones. Sin embargo, el Estado los pagaba; asumía la deuda y estos gastos no aparecían registrados en ninguna parte ni tampoco se solicitaron las autorizaciones respectivas de ley.

h. Peluqueros; locutores de radio; camareros; músicos y hasta 600 profesiones más, fueron calificadas de riesgo y por tanto, tenían derecho a jubilarse a los 55 años los hombres y a los 50 las mujeres

i. Existía un 50% más de profesores o maestros por alumno en Grecia comparado con Finlandia; pero el sistema educativo griego es uno de los peores calificados; mientras que el finlandés es de los más eficientes y efectivos.

j. Dos terceras partes de profesionales liberales declaraban ingresos mensuales inferiores a mil euros, pero vivían en mansiones y con carros de lujo

k. Cada partido político que llegaba al poder, lo hacía acompañado de un ejército de partidarios que se sumaban al ya ineficiente aparato estatal. Al no poder despedir a los empleados de bajo rendimiento, pues las convenciones colectivas negociadas con el gobierno, les garantizaban el empleo hasta su jubilación, la cantidad de empleados para un solo puesto se multiplicaron de forma extraordinaria.

Por ejemplo: en un hospital público existían 45 jardineros para cuidar las cuatro macetas de su entrada; un organismo público tenía 50 choferes a disposición para un solo vehículo; en el Ministerio de Agricultura, había cerca de 300 empleados con responsabilidad de digitalizar fotos de tierras públicas del país, pero ninguno tenía experiencia en fotografía digital; eran carteros, peluqueros, agricultores, todos, carné del partido político en el poder

l. Los salarios del sector público se incrementaban con pagos extras, incentivos, bonificaciones o gratificaciones adicionales por diversos motivos hasta llegar al extremo de pagar reconocimientos salariales por llegar temprano al trabajo y por presentarse bien vestidos a su trabajo.

m. Inmensa evasión del pago de impuestos. Se estima que una tercera parte de la población laboral pagaba cero impuestos.

n. Los empleados y empresarios del sector privado se quejaban de un sector público inflado e ineficiente y a su vez, los funcionarios públicos culpaban a la empresa privada por el problema del déficit fiscal por la gran evasión y defraudación fiscal, así como por la corrupción y gollerías de los partidos políticos.

Toda esta triste situación, se resume en una frase de un alto funcionario de un organismo financiero internacional que dice: “el gran problema de la sociedad griega es su tendencia a achacarles a otros la responsabilidad de todo lo que va mal y por tal razón, les toma mucho tiempo el poder tomar y ejecutar las decisiones políticas y económicas correctas para evitar las crisis que han sufrido. No es sino hasta que el agua está al cuello, que los organismos financieros internacionales son los que deben tomar las decisiones dolorosas y de mayor impacto social negativo, que ellos no tuvieron la capacidad y valentía de tomar”.

Tengo la esperanza y optimismo de que los partidos políticos representados en la Asamblea tomarán estas enseñanzas con sabiduría y pararán de seguir erosionando la base de la propuesta de reforma fiscal, pues de lo contrario volveremos a quedar como un país poco serio y responsable y serán los organismos financieros internacionales, o el mismo mercado, quienes se encargará de forma más violenta y con mayor impacto a las clases más necesitadas, de realizar los ajustes que sean necesarios.

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