“Es difícil que el FMI permita ajuste sin aumentar impuestos”

Una propuesta que involucre el sacrificio del gobierno en cuanto a la contención del gasto y no tan inclinado del lado de impuestos es lo que sugiere Édgar Robles, economista y socio consultor de Ecoanálisis, en una eventual negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En entrevista con LA REPÚBLICA, el especialista reconoce que es muy probable que el FMI pida ajustes en tributos, pero, en esa línea, considera que se debería trabajar sobre los que ya existen y no crear nuevos, como el que se pensó para las transacciones bancarias, al cual no se le ve mayor beneficio y sí un gran retroceso.

A continuación, un resumen de los puntos conversados con el ex Superintendente de Pensiones y ex viceministro de Hacienda.

¿Es factible la opción de no aumentar impuestos?

De hacerle honor a su palabra de acudir al FMI, es muy difícil que este organismo permita un ajuste sin aumentar impuestos.

El gobierno ha indicado que el ajuste provendrá de un recorte en el gasto, una eliminación de exoneraciones y creación de nuevos impuestos.

Sin embargo, si por la víspera se saca el día, sabemos que este gobierno es muy afín a la creación de impuestos y se muestra reacio a reducir el gasto público.

Queda la esperanza de que el gobierno haya entendido la reacción de la población con su última propuesta al FMI, la cual basó la mayor parte del ajuste en impuestos, y que producto del diálogo, los sectores se manifestaron contra la creación de nuevos impuestos.

El planteamiento del gobierno debe basarse en dos aspectos cruciales.

Primero, en una propuesta muy balanceada en donde el incremento de impuestos sea el menor de los componentes y la reducción de los gastos sea la parte más relevante de la reforma.

Segundo, se debe avanzar sobre la base de fortalecer impuestos que ya existen en la actualidad, en lugar de inventar nuevos impuestos que, además de causar efectos adversos sobre la economía y la recaudación, es posible que no logren alcanzar el consenso político.

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¿Cuál es una de las medidas propuestas inicialmente en septiembre, que del todo no deberían retomarse?

El impuesto a las transferencias bancarias es un impuesto que debe desecharse pues es más el daño que causa y es muy poca o nula la capacidad de recaudación.

O sea, al perderse trazabilidad con el uso de efectivo, se pierde recaudación por impuestos asociados a las ventas y a la renta.

Por el lado del mercado financiero, lo que produce es una destrucción de las inversiones de corto plazo y eso llevará a un incremento sustancial en el costo de financiamiento de la deuda para el gobierno, lo que implica que el gobierno se está pegando un balazo en el pie.

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¿Qué consecuencias son latentes entre más se espere para comenzar a negociar con el FMI?

Es claro que ello conlleva un aumento en la percepción de riesgo del país y de la incapacidad del gobierno por lograr acuerdos con partidos de la oposición. La Asamblea Legislativa ha sido clara de que no está dispuesta a aprobar más préstamos al gobierno si no se refiere claramente al proceso de negociación con el FMI.

Esto significa que al gobierno se le cerrarán las puertas para conseguir nuevo financiamiento en el corto plazo, y ello produciría un encarecimiento del financiamiento del déficit y el refinanciamiento de los vencimientos de la deuda, o sea, incrementos en las tasas de interés.

A nivel de la economía, intereses más altos significa que existirá un menor nivel de inversión y menos crecimiento económico, lo cual hará más lenta aun la recuperación de la actividad económica.