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Domingo, 28 de abril de 2024



NOTA DE TANO


En ocasiones, los árbitros deberían “archivar” el reglamento

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Martes 07 noviembre, 2023


Una amonestación a Gamboa en lugar de una expulsión, dejaba el espectáculo intacto.
Una amonestación a Gamboa en lugar de una expulsión, dejaba el espectáculo intacto.


Supongo que Juan Gabriel Calderón, cuando ordenó la expulsión de Alexis Gamboa, aplicó correctamente el reglamento.

Estaba a un metro de la acción.

Pero igual, si saca la tarjeta amarilla y amonesta al defensa del Alajuelense, nadie se hubiese suicidado en La Cueva. Una silbatina de los fanáticos del “Monstruo” y pare de contar.

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Es en este sentido, que los jueces deben de sumar, a su conocimiento de las reglas del juego, mucho sentido común, el menos común de los sentidos, para no desequilibrar con una decisión tomada en segundos, el resultado no de un partido cualquiera, sino de un clásico que determinaba prácticamente, al equipo que se podía ganar automáticamente un lugar en la final por el título, sin importar su rendimiento en la ronda de semifinales.

Recuerdo a Berny Ulloa como un árbitro que tenía ese sexto sentido para, según la ocasión, “archivar” el reglamento para darle seguimiento a la emoción del partido. Henry Bejarano también, en sus días de gloria y Pedro Navarro cuenta en sus credenciales con ese don.

Con el golazo monumental de Fidel Escobar, Saprissa va ganando el partido, pero en el segundo tiempo, el Alajuelense juega sus mejores minutos y aprieta por el empate.

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En una acción ofensiva, Alexis Gamboa se equivoca al hacer un servicio y entrega el balón a un contrario, que lo sirve de inmediato a Gerard Taylor. El lateral morado avanza por su carril y la locomotora humana, ese tanque de físico demoledor se le pone al corte con toda la intención de cazarlo para enmendar su error. Estos movimientos, rápidos, sucesivos de yerro y recuperación para sanar el error, deben estar archivados inmediatamente en la memoria del árbitro del partido. Entonces, captaría mucho mejor, que la verdadera y única intención de Alexis Gamboa, no era romperle las piernas a Taylor, sino recuperar la pelota para “tapar su torta”.

Juan Gabriel Calderón, en cuestión de segundos, debió tener la inteligencia emocional para tomar una decisión que no afectara el equilibrio que mostraba el clásico. Una amonestación a Gamboa en lugar de una expulsión, dejaba el espectáculo intacto.

Repito: supongo que Calderón aplicó correctamente el reglamento, pero hago pública esta interrogante: ¿si en lugar de Alexis Gamboa, un tractor humano, se hubiera barrido sobre la humanidad de Taylor, un futbolista, por ejemplo con el físico de Aaron Suárez, también lo hubiera expulsado?

gpandolfo@larepublica.net







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