Elecciones en Estados Unidos: por qué en ese país no hay un tribunal supremo electoral (y qué implicaciones tiene)
Redacción - BBC News Mundo | Viernes 06 noviembre, 2020
Las autoridades electorales en Estados Unidos están todavía contando los sufragios en varios estados clave.
Tanto Donald Trump como Joe Biden se han mostrado convencidos de su victoria, aunque por el momento es el segundo quien lleva ventaja en una contienda mucho más ajustada de lo que sugerían las encuestas.
El equipo de campaña de Donald Trump, sin embargo, ya anunció acciones legales ante los tribunales estatales de Georgia, Michigan y Pensilvania.
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Y el propio Trump aseguró el miércoles que iba a recurrir a la Corte Suprema de Justicia para detener los conteos, recordándole así a muchos de la inexistencia de una autoridad electoral de carácter nacional.
Efectivamente, en EE.UU. existe una Comisión Federal Electoral, pero sus competencias se limitan a hacer cumplir las leyes sobre el financiamiento de campañas.
El resto del proceso electoral es responsabilidad de los estados, un arreglo que se remonta al mismo nacimiento del país.
"Estados Unidos comenzó como una confederación de colonias bastante independientes que acordaron formar un gobierno nacional para coordinar sus actividades", le dice a BBC Mundo Barry C. Burden, profesor de ciencias políticas y director del Centro de Investigaciones Electorales de la Universidad de Wisconsin-Madison.
"Y aunque con el tiempo el gobierno federal ha adquirido un rol más protagónico, particularmente en la extensión de los derechos de voto a grupos adicionales de la población, la autoridad para realizar elecciones continúa principalmente a nivel estatal y local", agrega.
"Esto trata de 50 estados y ellos fijan sus propias reglas", resume por su parte Robert Singh, profesor de Política especializado en Estados Unidos en la Universidad de Birbeck (Londres).
Escépticos del control federal
Los estados son también quienes definen aspectos como la elegibilidad de los votantes, más allá de la definición constitucional básica, así como la mecánica de la votación y el conteo.
Eso explica, por ejemplo, por qué algunos estados empezaron a contar los votos enviados por correo antes que otros.
Y, para Burden, también hay razones culturales que explican que las cosas sigan así.
"Los estadounidenses son fundamentalmente escépticos de la intervención federal y prefieren el control local sobre muchos aspectos de la política pública", le dice a BBC Mundo.
"Y las disputas son manejadas principalmente por tribunales en lugar de comisiones o agencias", dice, recordando que eventualmente serán las cortes de justicia las que podrían tener la última palabra sobre el resultado electoral.
Corte Suprema, último recurso
Como recueda Burden, las elecciones presidenciales de 2000 se resolvieron finalmente mediante una decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos.
"La política estadounidense tiene una naturaleza litigiosa y muchas personas se sienten cómodas con que las disputas se ventilen en contenciosos en los tribunales en lugar de lo que puede verse como una agencia menos obligada a rendir cuentas", explica.
Aunque como le dijo a la BBC Matthew Weil, director del proyecto electoral del Centro Bipartidista de Investigaciones sobre Políticas, "la Corte Suprema no tiene ningún poder especial para detener el proceso legal de conteo".
Si el resultado electoral es cuestionado, entonces los equipos legales deben empezar en los tribunales estatales.
La Electoral Count Act de 1887, que es la que gobierna los procedimientos para que el Congreso cuente los votos del colegio electoral y certifique al ganador, contempla que las disputas y demandas deben ser manejadas inicialmente por los estados, recuerda un informe de 2016 del Servicio de Investigaciones del Congreso.
Lo que significa que son los jueces de estos tribunales los que deben aceptar o rechazar la cuestión y decidir si ordenan un nuevo conteo.
Y para que estas disputas lleguen a la Corte Suprema, debe tratarse de un caso que "genere preocupación constitucional", le dijo a la BBC Richard Briffault, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia.
"No hay un proceso estándar para llevar disputas electorales a la Corte Suprema. Es muy inusual, y tendría que estar relacionado con una cuestión muy importante", afirmó.
Además, esta corte tiene discrecionalidad a la hora de aceptar o no las disputas y, en general, se ocupa de temas relacionados con leyes federales y temas constitucionales que ya pasaron previamente por tribunales inferiores.
De hecho, las disputas electorales en los tribunales no son nada nuevo en Estados Unidos y con frecuencia en el pasado han tenido muy poco impacto.
Pero una importante excepción fue la elección del año 2000 donde una serie de demandas legales sobre procedimientos de voto fallidos le acabaron otorgando la elección a George W. Bush.
Y queda por verse si la elección de 2020 también se decidirá ahí.
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