El deporte como trampolín a la fama
| Jueves 23 agosto, 2007
El deporte como trampolín a la fama
- En su segundo episodio, pierde brillo la predecible saga de un campeón futbolista de origen mexicano
Gol II: Viviendo el sueño
(Goal II: Living the Dream)
Dirección: Jaume Collet-Serra. Reparto: Kuno Becker, Alessandro Nivola, Anna Friel, Rutger Hauer. Duración: 1.55. Origen: Inglaterra 2007. Calificación: 4.
Con “Gol II: Viviendo el sueño”, llega a su segundo episodio la pomposa trilogía cinematográfica iniciada con “¡Gol!” (2005). Es una iniciativa abiertamente comercial, patrocinada por la FIFA y concebida como una gigantesca campaña publicitaria a su favor. No hay nada malo en ello. Los problemas surgen cuando, además de rendir tributo a esta y otras empresas patrocinadoras, se traicionan los valores básicos de cualquier deporte y se presenta al fútbol como un simple trampolín para alcanzar fama y riqueza.
Alimentando el culto a las celebridades, estos filmes no le hacen un favor a la juventud, pues evitan cuidadosamente ilustrar los aspectos positivos de la actividad física, el esfuerzo y la sana competitividad.
En cambio, repiten estereotipos deteriorados que muestran a los jugadores convertidos en iconos populares, con estilos de vida similares a las estrellas de cine: sueldos millonarios, mansiones exclusivas, autos de lujo y la compañía de modelos despampanantes.
En cambio, repiten estereotipos deteriorados que muestran a los jugadores convertidos en iconos populares, con estilos de vida similares a las estrellas de cine: sueldos millonarios, mansiones exclusivas, autos de lujo y la compañía de modelos despampanantes.
El argumento sufre un imperdonable vicio de fondo. Es una saga de superación totalmente predecible y privada de sustento dramático. Cada vez que nace un conflicto, se resuelve en un santiamén. No se percibe tensión alguna en la trayectoria triunfal de Santiago Múñez, atleta mexicano de orígenes humildes.
En el capítulo anterior, él viajó a Los Angeles como clandestino, para realizar su sueño de ser jugador profesional. Gracias a su talento y algo de buena suerte, fue contratado por el prestigioso equipo británico de Newcastle. Esta vez, Santiago acepta una irresistible oferta del Real Madrid. Ello implica largos periodos de separación de su novia inglesa, lo cual dificulta la relación de pareja.
La sensiblería más descarada caracteriza los paréntesis románticos. La historia sobrepasa los tonos melodramáticos, para desbordar en el terreno cursi de las telenovelas, sobre todo cuando el héroe descubre tener familia en España.
Por lo demás, las interpretaciones son irremediablemente insulsas, mientras que la dirección de Jaume Collet-Serra (“La casa de cera”, 2005) es tan efectista como ineficaz. Las escenas de juego están filmadas y editadas de manera confusa, atropellada, poco emocionante. No aportan nada las apariciones fugaces de figuras como David Beckham y Ronaldo, ya que sus hazañas pueden ser observadas con mayor claridad en cualquier partido transmitido por televisión.
Retomando un chiste autoirónico de “Los Simpson”, cabe preguntarse quién pagaría por ver en cine algo que sale gratis en la pantalla chica…