El Hospital Clínica Bíblica se enfoca en la reducción de gases de efecto invernadero

La reducción del uso de gases en las anestesias, así como de refrigerantes, son parte las medidas que ha puesto en práctica el Hospital Clínica Bíblica, con el objetivo de ayudar en la disminución de los gases efecto invernadero, en su compromiso por promover acciones responsables en beneficio del medio ambiente.

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Ambos insumos son empleados en operaciones hospitalarias, la anestesia en intervenciones quirúrgicas, mientras que el segundo, en los circuitos de aire acondicionado.

“Los gases de efecto invernadero son el resultado de las actividades económicas y cotidianas del ser humano; estos gases suben a la atmosfera y contribuyen con el calentamiento global. De acuerdo con un reporte de la organización Salud sin Daño, en el 2014 se estimó que el 4.4% de las emisiones globales netas provienen del sector hospitalario”, explicó Andrés Alvarado, Gerente de Calidad y Ambiente de Hospital Clínica Bíblica.

Desde hace más de 10 años, el Hospital Clínica Bíblica trabaja en pro de ambiente, con la implementación de medidas que contribuyan a disminuir la huella de carbono, a través del intercambio de conocimientos con instituciones del sector, con el fin de lograr un cambio aún mayor.

“Las acciones que se implementan van orientadas en reducir el uso de los gases de anestesia suprane y óxido nitroso y, mantener el uso de sevorane; el cual posee un potencial de calentamiento menor. Se valoran también otras alternativas que permitirían una reducción en la generación de gases de efecto invernadero en estos procesos”, detalló Alvarado.

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Sumado a esto, después de un largo análisis con el cuerpo de anestesiólogos, se concluye que otra forma de contribuir es reduciendo los flujos de alimentación de anestesia a los pacientes, considerando para ello mantener la calidad de la atención clínica.

“Estas estrategias de contribución ambiental son prácticas que estamos analizando y considerando de las experiencias de hospitales en Nueva Zelanda y Brasil que ya están muy avanzados en estas medidas de reducción de gases de efecto invernadero y que generosamente comparten con nosotros su conocimiento y experiencia”, comentó Alvarado.

Para la reducción de emisiones de los gases refrigerantes el Hospital adquirió hace cuatro años equipos de refrigeración que utilizan el propano e isobutano, gases refrigerantes que son catalogados de bajo impacto.

Así mismo, se considera la aplicación de medidas en el proceso de mantenimiento de aires acondicionados; ya que, en lugar de liberarlo, el equipo de técnicos captura y encapsula ese gas para enviarlo a un tratamiento determinado.

“Estas dos acciones de reducción de emisiones de gases de anestesia y refrigerantes se suman a un programa de sostenibilidad que el Hospital trabaja desde hace más de 10 años”, recalcó Alvarado, quien añadió que también optó desde hace un tiempo el uso de paneles solares para calentar agua, paneles fotovoltaicos para la generación de electricidad y el uso de un sistema de iluminación LED, que, por ejemplo, en la sucursal de Santa Ana, ha permitido reducir un aproximado de 18 toneladas de CO2 equivalente por año.