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El costarricense 5 millones

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Martes 04 septiembre, 2018


Reflexiones

El costarricense 5 millones

El nacimiento de nuestro habitante 5 millones es un momento histórico que nos debe hacer reflexionar sobre los desafíos que enfrenta la sociedad costarricense de hoy y los necesarios esfuerzos para que cuando en 2035, este niño aspire a su ciudadanía, tengamos resueltas como nación muchas de las incertidumbres que hoy en día ponen grises en el futuro económico y social del país.

Seguramente, la mayor de las incertidumbres que marcan al costarricense 5 millones son el fantasma de la pobreza y la desigualdad que afrontamos y que hace que uno de cada tres costarricenses sea pobre y que dos de cada tres que nacen hoy, sean altamente vulnerables a llegar a la condición de pobreza. Esto último, asociado con una clara pérdida de competitividad de la economía para incorporar a todos los costarricenses al mercado laboral, las desigualdades de acceso a una educación de calidad y competente, acorde con los requerimientos del mercado y la estructura de un Estado que tiene cada vez más trámites que resultados y cobra muy mal sus impuestos.

La Costa Rica de hoy enfrenta grandes desafíos en su agenda social y económica, por una parte, arrastramos rezagos institucionales de una sociedad y de un Estado que fue muy competente para los requerimientos del siglo XX, pero que requiere una urgente modernización a las actuales condiciones del siglo XXI. Nuestra democracia es muy centralista y ha sido capturada por los grupos de interés, cuenta con pesos y sobrepesos que han hecho imposible la eficiencia y que prioriza los tramites respecto de los resultados.

Gastamos mucho más que hace 50 años en protección social y educación, pero tenemos cada día menos resultados y muy baja calidad de estos. Modernizamos el aparato productivo, pero mantenemos una estructura fiscal arcaica y llena de facilidades para la evasión y elusión fiscal. Tenemos entonces un Estado con superávit de tramites, leyes, restricciones y déficit de resultados, de obras y de cuentas a los ciudadanos.

No hemos hecho la tarea de poner en el régimen de competencia a todos, por lo que unos cuantos prefieren hacer lobby que trabajar duro para avanzar como empresarios. Tenemos serios desafíos tecnológicos, pero caminamos en materia de tecnología y de inversión pública a un ritmo demasiado lento, de tal forma que el costo mayor de la infraestructura es el costo de oportunidad de no contar con ella. Somos una sociedad que ha invertido más en muros y alambre que en resolver seriamente los temas de la seguridad ciudadana. Carecemos de una estrategia clara en seguridad ciudadana y tenemos un déficit creciente de inversión en nuestro sistema penitenciario.

Tenemos una sociedad que vive mucho más en ciudades y padece los problemas de congestión, contaminación y estrés por falta de una adecuada alimentación y una baja sensible en su movilidad. Tenemos serios problemas de convivencia vecinal, estamos cada vez más metidos en los aparatos electrónicos y cada vez menos en los grupos comunales y de asistencia social. Somos una sociedad que engorda rápidamente y que padece cada día más de problemas por el uso de drogas y al alcohol. Dedicamos cada vez menos tiempo al hogar y más tiempo al trabajo, de uno o más turnos.

El costarricense 5 millones es una luz de esperanza, tenemos cada vez menos niños y niñas y más adultos en nuestro país. El promedio de hijos es cercano a uno por hogar, a pesar de que en los hogares pobres esto pasa a cuatro o cinco por unidad familiar, casi siempre madre soltera y jefa de hogar. El niño 5 millones tendrá menos compañeros de escuela, menos mejengas en la calle, más tecnología, pero menos compañía para enfrentarse a los desafíos de su desarrollo como ser humano y como ciudadano de la Costa Rica 2035. Seguramente podría tener más robots inteligentes que primos y más interacción con la tecnología que tiempo con sus progenitores. El costarricense 5 millones actuará diferente, vivirá en una Costa Rica más afectada por el cambio climático, más contradictoria en sus avatares religiosos, más diversa en materia de preferencias sexuales, más compleja en su accionar político. En síntesis, la llegada del costarricense 5 millones nos deja una página abierta, una agenda llena de desafíos, una nueva oportunidad para mejorar nuestra sociedad, nuestro Estado y la convivencia entre todos nosotros.

www.leinervargas.com

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