Costa Rica como país no cooperante: Vergüenza y dolor económico
Carlos Camacho ccamacho@grupocamacho.com | Martes 21 febrero, 2023
La inclusión de Costa Rica en la lista de países no cooperantes de la Unión Europea debe ser un llamado a la vergüenza propia, una demostración de la incapacidad que reina en el Ministerio de Hacienda, de cabeza a pies.
Las consecuencias económicas en comercio y ayuda internacional, apreciación crediticia y otros efectos intangibles, pero no por ello efímeros, como la reputación de nuestro país, son consecuencias por las que la jerarquía de Hacienda debe dar cuenta.
El problema de Hacienda va más allá de su actual jerarca, quien de todas formas tiene total responsabilidad por el fiasco. Es un mal endémico, habría que repasar múltiples administraciones para identificar dónde quedó el último ministro de hacienda de verdad, incluido el actual presidente de la República.
El Ministerio, que es vital para la gestión económica del país, pasa de manos de malos a peores, con destellos de esperanza temporal, pero que por buenos siempre duran poco.
El expresidente de la república y el ex ministro de hacienda de la Administración Solís nos dejó un orificio fiscal que había pasado desapercibido, una suma de muchos “fraudes fiscales” juntos. De don Elio y su “hueco” fiscal ya nadie da cuenta. Somos un país carente de memoria histórica.
De Elio pasamos a la tiranía de doña Rocío. Como si fuera poca cosa, hizo una reforma fiscal nueva desde su escritorio, creando normas infra legales, reglamentos que desfiguraron la Ley de fortalecimiento de las finanzas públicas, redujeron el potencial recaudatorio de la Ley y otorgaron “gollerías” a unos cuantos. Dejó confusión en medio de la reforma de renta y de la creación del IVA.
De ella pasamos al episodio fugaz del actual presidente de la República cuando fue ministro de Hacienda. Vino a enfrentar con seriedad las finanzas públicas, con una posición firme, que llevó a la Administración a Alvarado a invitarle a salir.
Dicha administración dejó las riendas de la regla fiscal a la deriva, para que se rompiesen junto con las finanzas públicas de la mano de uno de los peores ministros de hacienda de la historia moderna.
El desafortunado tránsito de una persona incapaz como ministro de Hacienda, Elián Villegas, además de causar daños en la negociación con el Fondo Monetario Internacional, se caracterizó por el manejo a manos sueltas de los exiguos recursos disponibles en las arcas del Estado. Elián fue el (i)responsable de remitir proyectos cargados de ocurrencias, sin coherencia ni tacto político. Quien quiso gravar desde las loterías hasta los respiros de los contribuyentes, con una voracidad casi cavernícola.
Villegas es el protagonista de la actual tormenta fiscal. El responsable ante todos los sectores del país de haber comprometido una fecha que era inviable e imprudente. ¿Cómo dio por fecha prometida a la Unión Europea el 22 de abril, dos semanas luego de su salida del Ministerio como límite para tramitar el gravamen de las rentas pasivas extraterritoriales?
Fecha en medio de la operación “Conti” que administró sin testa alguna. Se comprometió a presentar, cuando ya no era ministro, el proyecto de Ley al Congreso de la República para que este fuera aprobado en tres meses.
Solo una combinación de mala fe, sangre artera e ineptitud puede explicar cómo hiere el señor Villegas al país. Hiera a la actual administración, pero en particular a todos nosotros, los ciudadanos ahora de un país de “segunda categoría,” enlodado por problemas internos y por su inclusión en el paquete de países no cooperantes, entre ellos Rusia, para decir poco.
¡Vaya favor exquisito nos heredó don Elián! ¡Dios y la patria se lo demanden! Pero que sea ante los tribunales, no con un mero clamor de orden moral para quien poca cosa es un “jaloncillo de orejas” más.
La historia que continúa al anuncio sobre la inclusión del país en la lista de países no cooperantes de la Unión Europea es macabra.
Lo manifestó el UCCAEP en comunicado de prensa del 15 de febrero anterior. Es incorrecto indicar que la Unión Europea exige a Costa Rica adoptar un sistema de renta mundial.
El actual ministro de hacienda, Nogui Acosta, está distorsionando el tema, aprovechando la ola y el viento de cola que trae la desafortunada noticia de nuestro país en esa lista de la vergüenza.
Lo comprometido, según la secuencia de hechos narrada, es el refuerzo de la renta territorial en nuestra Ley 7092, incluyendo la sujeción a impuestos costarricenses para los rendimientos pasivos, sean dividendos, ganancias de capital o intereses devengados, por entidades costarricenses en el exterior. Se limitaría esa sujeción a las rentas empresariales. En ningún momento se mencionan las rentas personales, que no han sido siquiera motivo de conversación con los organismos involucrados.
Ahora debemos sufrir las consecuencias con un ojo muy abierto. Las intenciones declaradas por el ministro Acosta cuando se refirió al plan de remediación, a través del próximo proyecto de reforma a la Ley del impuesto sobre la renta son de cuidado. Incluir la renta mundial en el proyecto es querer lucrar con las manos sucias. El manejo conceptual opaco que tiene el ministro sobre la renta mundial y el gravar las rentas empresariales pasivas son cosas muy disímiles, que denotan o mala fe o ignorancia. ¡Peor! ¡Quizás una combinación de ambas!
Los empresarios y profesionales en materia tributaria debemos abordar un plan de acción, para exigir que no haya un efecto de retorsión por parte del Poder Ejecutivo. Que no se escuden en supuestas exigencias de la Unión Europea para ampliar el alcance del impuesto.
Es una discusión que debe llevarse a una mesa fría, sin presiones externas y de orden urgente. No se vale jugar con “las cartas marcadas.” A los señores diputados debemos advertirles: NO se dejen “meter el gol” de la renta mundial de manera gratuita.
Sería distinto si, después de un análisis pausado, en el que se sopese la conveniencia del país a moverse a renta mundial, decidimos, como sociedad, sin chantajes ni tapujos, adoptar ese tipo de régimen tributario. Sería una decisión razonada y, sobre todo, consultada con las bases empresariales. Justo ese es uno de los reclamos válidos que presenta la UCCAEP.
Costa Rica debe reformar su sistema tributario de manera integral. En eso estamos de acuerdo. La reforma debe ser integral y en ella, la globalización de las rentas debe ser un pilar fundamental de la nueva legislación. Pero de ahí, a que nos dejen con la sensación de que globalizar es mundializar las rentas… ¡No! Eso no es apegado a la técnica. Sería inapropiado y garantiza el descarrilamiento del proyecto de reforma. Todo por tener un ministro que pretende “jugar de vivillo.”
Debemos revisar la historia. Basta con recordar los cuatro años de la administración Pacheco de la Espriella. Mirar el retrovisor y ver cómo encalló el proyecto de Pacto Fiscal, por ambiciones excesivas y manejos poco tácticas, en particular con el tema de renta mundial.
Quienes tenemos memoria histórica podemos dar cuenta. Si esa terquedad de la renta mundial se hubiera sacado del proyecto, el estancamiento de la discusión de la reforma habría desaparecido y habríamos tenido una Ley de la república pertinente e integral.
Dos últimos asuntos:
1. La Sala Constitucional dictó una triste sentencia por fondo y forma en la que, por mayoría, se dio modificada la extensión de territorialidad de las rentas pasivas empresariales devengadas fuera del territorio nacional. El único que hizo un despliegue de verdadero conocimiento tributario fue quien, precisamente, salvó su voto, el Magistrado Garita.
2. Las sanciones de la Unión Europea nos ponen a revisar, país por país, las consecuencias que conllevan el ingreso a la lista de no cooperantes. Para tranquilidad parcial, al menos, el derecho interno de un país como España establece que no se considera país no cooperante, en ninguna circunstancia, a aquel con el que el Reino de España tenga un Convenio para evitar la doble imposición. Al menos con ese país y con Alemania, únicos con los que tenemos convenio, el impacto de ingresar a la lista sería mínimo.
Es un buen momento para el Ministerio de exteriores y culto. Es hora de promover la negociación y firma de una red más amplia de convenios para evitar la doble imposición. Una materia que deber ir de la mano con un compañero de equipo de poco peso, el jerarca de Hacienda, pero que se compensa con el kilate del ministro de relaciones exteriores, Arnoldo André.
Es un buen momento para hacer un llamado al ministerio de relaciones exteriores y culto para que promueva la negociación y firma de una red más amplia de convenios para evitar doble imposición, aspecto que por materia le corresponde ir de la mano con un compañero de equipo de poco peso como el jerarca de hacienda, pero, que se compensa con kilate del ministro de relaciones exteriores Arnoldo André. Quedamos atentos del desarrollo.
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