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Atraídos por lo “prohibido”

Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Jueves 03 julio, 2014




3 comidas principales y dos meriendas es lo recomendado para tener una alimentación sana


SALUD

Atraídos por lo “prohibido”

La ansiedad por la comida no solo es cosa de adultos, los niños también pueden padecerla como producto de la restricción a ciertos alimentos

Prohibir a los niños comer ciertos alimentos puede que no sea la solución para que tengan una alimentación más sana, por el contrario las restricciones pueden generar más ganas de comerlos.

Precisamente esa ansiedad se potencia, y se está creando el efecto contrario del que se pretende.
Usted puede detectar las señales, entre ellas está que parece que solo piensan en comida, no han terminado el desayuno, cuando preguntan qué tendrán de merienda.
Comen muy rápido, pasan pensando o mencionando los alimentos que se les han prohibido; además abusan cuando no tienen ese “control” sobre qué y cuánto comer.
Lo que sucede es que para ellos, al igual que para los adultos, el alimento “prohibido” es más atractivo, por lo que tienden a abusar de los dulces, por ejemplo, cuando están en la escuela o fiestas.
“Cuando se limitan las cantidades de alimentos ocurren dos cosas. Primero, se sienten inseguros de que no van a poder obtener todo lo que necesitan, así que instintivamente empiezan a compensar cuando pueden. En la primera que no se les vigila, van a abusar”, comentó Rebeca Hernández, máster en trastornos de la conducta alimentaria y obesidad, nutrición intuitiva y wellness coaching.
Además el cuerpo asume estado de inanición. Si se les restringen las calorías, se pone a “defenderse”, ayudándoles a buscar la comida que les hace falta, explicó.
Además estudios han determinado que los hijos de padres que controlan las comidas, son los que más abusan cuando tienen oportunidad.
Entre las recomendaciones para evitar que esto suceda está ayudarles a que se vuelvan a sentir seguros de que pueden comer lo que necesitan, cuando lo necesiten, y reforzarles que usted ahora confía en su capacidad de autorregulación, recomendó Hernández.

Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net
@mgonzalezLR







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