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At the end of the tunnel… maybe you. Good night!

Natiuska Traña natiuskatp@gmail.com | Jueves 23 abril, 2020


Bueno le diría que comienza el día y es bueno mantener las rutinas de siempre, hacerse el café, sentarse a leer el periódico y entre todo esto toparse con mi columna.

Si le pasa lo mismo que a mí, probablemente ya está un poco cansado de leer sobre la pandemia, los resultados de cada día, cuántos contagiados, cuántos recuperados y lo peor cuántos fallecidos. La luz al final del túnel se ve cada vez más lejos y podemos resignarnos a finales fatídicos o decidir ver las cosas diferente.

Nunca hemos estado tan conscientes de lo vulnerables que somos y de lo poco invencibles, tanto que un microorganismo pudo venir a cambiar la forma en la que vivimos nuestras vidas y todo el universo que conocíamos ya no es el mismo, lo peor, la negación no lo hace desaparecer.

La palabra resiliencia está de moda y de paso la situación actual nos hace ponerla en práctica. Pues esta palabra no tan bonita, es un trampolín, lo que nos hace “rebotar” en una experiencia difícil para poder reconstruir la vida a partir de la adaptación y no es nueva, la usamos más de lo que creemos y a veces sin darnos cuenta.

Los seres humanos estamos capacitados para desarrollar conductas positivas ante sentimientos de impotencia e impulsos fuertes, conociendo nuestras fortalezas, debilidades y habilidades y a partir de esto seguir los pasos realistas y necesarios para llevar a cabo lo que podemos hacer, exacto, lo que “se puede hacer”.

Todos estamos experimentando experiencias fuertes y eso está bien. Pero tenemos que aprender a tomar acciones y salir adelante, aunque cueste confiar en los demás y en sí mismo, estas son llaves para dar los próximos pasos.

Quizá el problema que nos hace más difícil entender el panorama en este momento, es no tener un referente equivalente propio del pasado (la mayoría no vivió de 1918 a 1933 la pandemia de la “Gripe Española”), que nos permita ver con claridad las estrategias a seguir. Pero algo que puede ayudarnos, es precisamente saber que otros, en menor, igual o mayor grado en este momento están pasando por lo mismo y es un momento de aprender los unos de los otros cómo enfrentar esta experiencia difícil.

Lamentablemente o no, para los que aun no lo saben, esta es la situación en que más nos damos cuenta cuánto dependemos los unos de los otros y lo importante que son los demás en nuestra vida y lo necesaria que se vuelve la empatía.

Tenemos finalmente un reto como sociedad, donde dependemos del trabajo en equipo de todos y el egoísmo tiene que ser puesto de lado. Quizá su situación económica, social, personal es distinta a la de los demás, su pasado y su presente; los cambios que puede experimentar le van a afectar de manera diferente, pero depende de las otras personas en las cuales tiene que confiar poder enfrentar las dificultades que se le presenten.

No es un momento para olvidarse de los otros, puede hacer una pausa, procrastinar, decidir no hacer nada, no obstante, depende de un trabajo en equipo, de todos terminar con este mal capítulo.

Si no sabe por dónde empezar, hay varias comunidades con la iniciativa: “Si podés doná, si lo necesitás tomá”, dejando víveres para los más necesitados. Si no existe en la suya, es buen momento para crearla, el apoyo de todos marca la diferencia.

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