¿A quién pertenece Machu Picchu?
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 06 julio, 2011
¿A quién pertenece Machu Picchu?
Hace ya 100 años que el explorador estadounidense Hiram Bingham catapultó a la fama la ciudadela inca de Machu Picchu, pero a esta maravilla todavía le queda una cuestión por resolver: determinar su dueño.
Dos familias de Cuzco, región donde se ubica el santuario, están inmersas desde hace varios años en una disputa judicial contra el Estado peruano.
Los clanes de los Zavaleta y Abrill dicen poseer unos documentos que los acreditan como los propietarios y que contradicen la postura del Estado, quien se atribuye la titularidad amparándose en la ley vigente.
Roxana Abrill y José Zavaleta contaron que nada les hacía presagiar a sus ancestros, un político y un importante agricultor, que un acuerdo privado derivaría en un “gran problema legal” casi interminable y con “nula” voluntad política para resolverse.
Fue en 1944 cuando sus ascendientes se repartieron el complejo, pese a existir una ley que hacía propietario al Estado.
En manos de uno quedaron las ruinas, y en manos del otro, el terreno.
La transferencia logró, sorprendentemente, el beneplácito de un notario.
Los dos clanes acudieron a los juzgados para presentar sus respectivas denuncias contra el Estado peruano y exigir así una expropiación en condiciones.
Tampoco faltó la exigencia de una jugosa indemnización de $100 millones en el caso de los Abrill.
De momento, esta “orfandad” le está costando caro al complejo que sufre desamparo y desprotección, y también continuas invasiones de pobladores que deterioran el entorno.
Esta joya cultural peruana celebra el centenario de su “descubrimiento para Occidente” con la duda de si son todos los peruanos o tan solo unos privilegiados los dueños de la obra.
Lima / EFE
Hace ya 100 años que el explorador estadounidense Hiram Bingham catapultó a la fama la ciudadela inca de Machu Picchu, pero a esta maravilla todavía le queda una cuestión por resolver: determinar su dueño.
Dos familias de Cuzco, región donde se ubica el santuario, están inmersas desde hace varios años en una disputa judicial contra el Estado peruano.
Los clanes de los Zavaleta y Abrill dicen poseer unos documentos que los acreditan como los propietarios y que contradicen la postura del Estado, quien se atribuye la titularidad amparándose en la ley vigente.
Roxana Abrill y José Zavaleta contaron que nada les hacía presagiar a sus ancestros, un político y un importante agricultor, que un acuerdo privado derivaría en un “gran problema legal” casi interminable y con “nula” voluntad política para resolverse.
Fue en 1944 cuando sus ascendientes se repartieron el complejo, pese a existir una ley que hacía propietario al Estado.
En manos de uno quedaron las ruinas, y en manos del otro, el terreno.
La transferencia logró, sorprendentemente, el beneplácito de un notario.
Los dos clanes acudieron a los juzgados para presentar sus respectivas denuncias contra el Estado peruano y exigir así una expropiación en condiciones.
Tampoco faltó la exigencia de una jugosa indemnización de $100 millones en el caso de los Abrill.
De momento, esta “orfandad” le está costando caro al complejo que sufre desamparo y desprotección, y también continuas invasiones de pobladores que deterioran el entorno.
Esta joya cultural peruana celebra el centenario de su “descubrimiento para Occidente” con la duda de si son todos los peruanos o tan solo unos privilegiados los dueños de la obra.
Lima / EFE