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Nuestros angelitos

Sebastián Rodríguez | Viernes 27 septiembre, 2013


El Dr. Jim Olson, especialista en oncología pediátrica en el Seattle Children’s Hospital, EE.UU., atiende a niños que no tienen ese lujo (enojarse en las presas)


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Es fácil frustrarse o enojarse a lo largo de los distintos momentos de cada día. Desafortunadamente, en la mayoría de ellos, algún tipo de emoción negativa es provocada por algo tan simple como estar en una presa. En realidad, a muchos se nos hace difícil evitar esos instantes de angustia. La perspectiva con la cual juzgamos esas cosas es influida por la expectativa de las miles de oportunidades que tenemos por delante para disfrutar y gozar.
El Dr. Jim Olson se dedica a trabajar con niños que no tienen ese lujo, trabaja como especialista en oncología pediátrica en el Seattle Children’s Hospital, en EE.UU., dedicándose a tratar a niños que tienen tumores cerebrales y a investigar tratamientos nuevos.
El Dr. Olson explica que la gran diferencia entre la mayoría de las personas y los niños frente a la muerte es cómo ellos logran disfrutar de la vida, sienten y aprovechan todo lo que la vida ofrece.
Cuando un niño sabe que se va a morir no se pone de luto porque va a faltar a su baile de graduación. Su vida se enfoca en cosas más reales, ¿están felices?, ¿están felices sus padres? Busca vivir cada momento, día a día, y disfruta cosas tan simples como que los visite un familiar al hospital.
El Dr. Olson es reconocido como un investigador exitoso por el diseño de tumor paint. El tumor paint es una biotecnología que logra marcar células cancerígenas para que los doctores puedan diferenciarlas de células saludables durante cirugía. Explica el galeno que las empresas farmacéuticas comúnmente invierten de $4 a $11 mil millones para desarrollar un nuevo tratamiento médico, pero que debido a su costo y baja rentabilidad, no se dedican a desarrollar tratamientos para enfermedades poco comunes.
Violet O’Dell se murió de una de esas enfermedades, un tumor cerebral inoperable. Después de su muerte el Dr. Olson decidió crear un equipo que se dedica a buscar tratamientos para ese tipo de enfermedades y creó el Proyecto Violet. Con $20 millones logró desarrollar su primer tratamiento y continúa en la búsqueda de muchos más.
En 1990 la Unidad de Cuidado Paliativo fue creada como una institución anexa al Hospital Nacional de Niños, cuyo propósito principal es brindar atención a los pacientes en estado terminal. Fue la primera entidad de este tipo en Costa Rica y en toda América Latina.
En el año 2000 se creó la Fundación Unidad Pro Cuidado Paliativo con el objetivo de apoyar tanto al Hospital de Niños, como a otros centros médicos interesados. Estas entidades se dedican a trabajar con estos niños, nuestros angelitos, que ya están en fases terminales.
Muchas veces no es fácil evitar enojarme o frustrarme por cosas que en realidad son frívolas, pero tener la oportunidad de vivir esos momentos es una bendición. Poner estas cosas en el contexto de las vidas de los angelitos me ayuda a ubicarme. Cada vez que nos frustremos, pensemos en Violet O’Dell y todos los angelitos, quienes frente a la muerte, lograron sonreír y disfrutar todos los momentos que sus vidas les ofrecieron.
 

Sebastián Rodríguez Álvarez

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