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Creo en Costa Rica, ¿y usted?

Claudio Alpízar redaccion@larepublica.net | Jueves 16 octubre, 2014


Si no nos ordenamos, el futuro puede ser incierto y el éxito disiparse


Creo en Costa Rica, ¿y usted?

Mi debilidad por los discursos políticos me lleva a identificarme a nivel internacional con los líderes políticos que promueven el equilibrio que da la visión de tercera vía; esa que sabe equilibrar entre sociedad e individuo, entre mercado y estado, entre igualdad y equidad, entre capitalismo y socialismo, esa es mi línea.
En estos días escuche una extraordinaria disertación de alerta sobre el Brasil actual, de uno de mis admirados, de Fernando Henrique Cardozo, presidente de Brasil en dos periodos constitucionales (1995-2002) y fundador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), sin duda, uno de los principales responsables del ordenamiento económico y del crecimiento de su país.
En su conferencia Cardozo dijo: “Yo soy un hombre que creo en Brasil”. Frase con la que me sentí identificado de inmediato, porque es algo que pregono con constancia en esta columna y en otros escenarios, determinante para retomar el camino al éxito de Costa Rica.
Debemos salirnos de esa idea que algunos pseudopolíticos han permeado con fuerza en nuestro cerebro: que somos un país fracasado, ineficiente, sembrando así el subdesarrollo en nuestras mentes.
La principal función u objetivo de un gobernante como líder es generar confianza en los actores sociales, económicos y políticos. Indispensable para promover el ambiente apropiado para definir cualquier visión estratégica con rumbo al éxito.
Nuestros gobernantes deben tener la sapiencia y la habilidad de entusiasmarnos con un oportuno crecimiento económico, con un gran equilibrio social que promueva espacios de equidad y con puertas amplias para la sana ambición de aquellos que aspiran a más, dentro del marco del respeto y la solidaridad social.
Hablar del estado social de derecho sin tener en cuenta que el concepto es consustancial con un amplio y apropiado crecimiento económico, no tiene sentido, es “tomarle el pelo” a la gente. Es pretender distribuir lo que no se produce.
El país sigue teniendo una base sustancial y sólida para intentar hacer un despegue importante hacia una mejor perspectiva de vida para toda su sociedad, pero no puede jugar más con su suerte. La brújula perdió su norte, pero puede ser reorientada. Empero, no podemos dejar pasar el tiempo impávidos y gentiles con la ineficiencia, el despilfarro y la corrupción. Debemos actuar.
La primera confianza que debe promoverse es con el uso de los recursos públicos, de aquí la importancia de la lucha que se desarrolla por un presupuesto más racional y más acertado en su ejecución. Los directores del sector público que se niegan a los recortes justos y apropiados, me hacen recordar aquella frase de un político mexicano que toda la vida trabajó para el sector público, sin importarle el puesto asignado, así afirmaba que: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
Frase que este suscrito cambiaría por una que diga que “fuera del presupuesto no hay salvación”, que si no nos ordenamos, el futuro puede ser incierto y el éxito disiparse, más cuando es motivación para dejar de creer, cuando aún nos queda un halo de esperanza que no podemos menospreciar, ni apagar mientras creamos en Costa Rica.

Claudio Alpízar

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