Turismo sexual mancha a Costa Rica
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 25 junio, 2010
Guanacaste, Limón, Puntarenas y San José son las provincias con mayor incidencia
Turismo sexual mancha a Costa Rica
Acciones para contrarrestar este flagelo se reducen hasta el momento a la creación de leyes, mientras destaca la ausencia de programas sociales para víctimas
El paraíso tropical que representa Costa Rica para el turismo mundial, también es visto como uno donde la explotación sexual comercial florece.
Las mujeres víctimas provienen de diversas regiones del país, así como del exterior, algunas incluso son menores de edad, presas de las redes de la trata de personas que actualmente operan.
Esta situación ha generado que el país sea incluido en la “lista gris” en el informe más reciente publicado el 14 de junio por el Gobierno de Estados Unidos, sobre naciones afectadas por este delito.
El turismo sexual afecta en especial a las provincias de Guanacaste, Limón, Puntarenas y San José.
Actualmente, si bien se han dictado leyes y se ha creado una dirección específica en el Ministerio de Seguridad para comenzar a enfrentar el problema, este se mueve subterráneamente en la ilegalidad.
La situación, tal como plantea el informe, indica que este tipo de turismo sexual continúa y en muchos casos podrían ser oscuros los límites entre estar dentro o fuera de la ley.
En Costa Rica la prostitución no es ilegal, pero cuando se obliga a las mujeres, niños u hombres a ejercerla para beneficio de terceros cae en ilegalidad.
“El país ha realizado grandes avances y numerosas acciones con el fin de erradicar el problema, entre ellas podemos destacar sanciones legales, atención a víctimas y alianzas con gobiernos amigos para concientizar sobre el problema de tráfico de personas”, expresó la subgerente del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y directora de mercadeo, María Amalia Revelo.
Un grupo de unas 300 mujeres en el país se han unido a una asociación latinoamericana para defender esta actividad.
Este es el caso de la Red de Trabajadoras del sexo (Trasex), la cual arguye que el turismo sexual es una gran fuente de empleo que no solo genera divisas para las trabajadoras sexuales sino también para casinos, hoteles, restaurantes y demás centros turísticos.
“Es necesario que se genere el turismo sexual siempre y cuando se trabaje con personas mayores de edad, ya que gracias a esto muchas mujeres pueden mantener a sus hijos, pagar sus casas y tener qué comer”, dijo Grettel Quirós, ex trabajadora sexual de la Red Trasex.
No obstante el comercio sexual es un hecho que afecta seriamente no solo a quienes se ven obligadas a ejercerlo por ausencia de otras fuentes de trabajo, sino a la imagen del país en el exterior como destino turístico.
“Nos afecta mucho, pero estamos tratando de contrarrestar esta imagen con un código de conducta para ayudar en la lucha contra la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes”, dijo Juan Carlos Ramos, presidente de la Cámara de Turismo de Costa Rica.
El gobierno realiza un esfuerzo para tratar de vigilar esta situación. En octubre del año pasado creó la Dirección sobre Trata de Personas y Promoción del Desarrollo Humano, dependiente del Ministerio de Seguridad Pública.
Además, Costa Rica cuenta con una ley de protección de víctimas y testigos, así como un programa de asistencia a las víctimas. Eso sí, no es sencillo que una persona que se ha visto sumergida en una trama de estas características pueda quedarse en el país.
Sin embargo, estas medidas para perseguir el delito no se acompañan con suficientes programas sociales que ayuden a las posibles víctimas a salir de este tipo de situación e insertarse en alternativas laborales.
Las políticas gubernamentales “han ido en aumento, pero son insuficientes”, declaró Ana Hidalgo, jefa de la unidad para la lucha contra la trata y tráfico de personas de la oficina para América Central y México de la Organización Internacional para las Migraciones.
Arellys Cedeño
acedeno@larepublica.net
Turismo sexual mancha a Costa Rica
Acciones para contrarrestar este flagelo se reducen hasta el momento a la creación de leyes, mientras destaca la ausencia de programas sociales para víctimas
El paraíso tropical que representa Costa Rica para el turismo mundial, también es visto como uno donde la explotación sexual comercial florece.
Las mujeres víctimas provienen de diversas regiones del país, así como del exterior, algunas incluso son menores de edad, presas de las redes de la trata de personas que actualmente operan.
Esta situación ha generado que el país sea incluido en la “lista gris” en el informe más reciente publicado el 14 de junio por el Gobierno de Estados Unidos, sobre naciones afectadas por este delito.
El turismo sexual afecta en especial a las provincias de Guanacaste, Limón, Puntarenas y San José.
Actualmente, si bien se han dictado leyes y se ha creado una dirección específica en el Ministerio de Seguridad para comenzar a enfrentar el problema, este se mueve subterráneamente en la ilegalidad.
La situación, tal como plantea el informe, indica que este tipo de turismo sexual continúa y en muchos casos podrían ser oscuros los límites entre estar dentro o fuera de la ley.
En Costa Rica la prostitución no es ilegal, pero cuando se obliga a las mujeres, niños u hombres a ejercerla para beneficio de terceros cae en ilegalidad.
“El país ha realizado grandes avances y numerosas acciones con el fin de erradicar el problema, entre ellas podemos destacar sanciones legales, atención a víctimas y alianzas con gobiernos amigos para concientizar sobre el problema de tráfico de personas”, expresó la subgerente del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y directora de mercadeo, María Amalia Revelo.
Un grupo de unas 300 mujeres en el país se han unido a una asociación latinoamericana para defender esta actividad.
Este es el caso de la Red de Trabajadoras del sexo (Trasex), la cual arguye que el turismo sexual es una gran fuente de empleo que no solo genera divisas para las trabajadoras sexuales sino también para casinos, hoteles, restaurantes y demás centros turísticos.
“Es necesario que se genere el turismo sexual siempre y cuando se trabaje con personas mayores de edad, ya que gracias a esto muchas mujeres pueden mantener a sus hijos, pagar sus casas y tener qué comer”, dijo Grettel Quirós, ex trabajadora sexual de la Red Trasex.
No obstante el comercio sexual es un hecho que afecta seriamente no solo a quienes se ven obligadas a ejercerlo por ausencia de otras fuentes de trabajo, sino a la imagen del país en el exterior como destino turístico.
“Nos afecta mucho, pero estamos tratando de contrarrestar esta imagen con un código de conducta para ayudar en la lucha contra la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes”, dijo Juan Carlos Ramos, presidente de la Cámara de Turismo de Costa Rica.
El gobierno realiza un esfuerzo para tratar de vigilar esta situación. En octubre del año pasado creó la Dirección sobre Trata de Personas y Promoción del Desarrollo Humano, dependiente del Ministerio de Seguridad Pública.
Además, Costa Rica cuenta con una ley de protección de víctimas y testigos, así como un programa de asistencia a las víctimas. Eso sí, no es sencillo que una persona que se ha visto sumergida en una trama de estas características pueda quedarse en el país.
Sin embargo, estas medidas para perseguir el delito no se acompañan con suficientes programas sociales que ayuden a las posibles víctimas a salir de este tipo de situación e insertarse en alternativas laborales.
Las políticas gubernamentales “han ido en aumento, pero son insuficientes”, declaró Ana Hidalgo, jefa de la unidad para la lucha contra la trata y tráfico de personas de la oficina para América Central y México de la Organización Internacional para las Migraciones.
Arellys Cedeño
acedeno@larepublica.net