Triunfó el cálculo

Alajuelense y Saprissa empatan a cero en juego cerrado y de mínimas emociones

En una apuesta a no perder fue como se presentaron Alajuelense y Saprissa para terminar en un empate a cero en el Estadio Nacional.
El frío de las graderías, bastante vacías, se contagió en la cancha, donde reinó el cálculo, el juego tosco, de mucho control defensivo.

Era de esos juegos que le gustan a Óscar Ramírez, técnico rojinegro, muy tácticos y que se podían definir por un despiste o una acción a balón parado.
Los rojinegros apostaron por la línea de tres atrás, con Sancho y Matarrita por las alas y con José Guillermo Ortiz solitario adelante.
Saprissa, por su parte, únicamente realizó un cambio con respecto a sus últimas presentaciones, colocando a Heiner Mora en la izquierda.
Ante este panorama, Ortiz era fácil presa de Watson, ayudado por los pelotazos de Alajuelense.
Del lado morado, Araúz se presentaba como un dolor de cabeza, pero Ariel Rodríguez y Colindres no aparecían.
Por momentos algún jugador hacía amague de romper el estático panorama. Lo hizo Juan Gabriel Guzmán, quien conectó de pared con Ortiz, el árbitro dejó seguir la falta y Guevara cerró en fuera de juego. El gol fue anulado.
A punto estuvo Rodríguez de cambiar la historia, cuando sacó un rebote tras un mal despeje defensivo de la Liga, pero Patrick Pemberton metió la mano salvadora y todo siguió igual. Luego contestó el otro Rodríguez por encima del arco de Michel.
Cada intento de arranque o de generar algo era como si ambos equipos en lugar de querer más, firmaran luego largos minutos de tregua.
Y regresando del descanso, Saprissa pasó su momento más crítico, después de un centro de Porfirio que cazó Gutiérrez en lo alto, pero su cabezazo se estrelló en el poste.
La jugada como que asustó a los visitantes y los hizo retroceder más, pusieron amarras y el arriesgar fue mínimo.
Vinieron los cambios. Ronald González fue el primero en mover el banquillo, metió a Estrada y Saucedo por Colindres y Rodríguez. Pero, el creador morado no anda en su momento y el equipo perdió velocidad a la hora de subir, y eso que Colindres estuvo bastante opaco bloqueando las subidas de Sancho.
“Machillo” pasó a línea de cuatro y su equipo se sintió mejor, buscó velocidad arriba con McDonald, aunque este se enfrascó en una guerra con Badilla, que ganó el capitán morado.
Las argollas se hicieron inmensas y en un intento final la Liga encerró a Saprissa, que suspiró cuando logró sacar el balón y escuchó el pitazo final.
Y lo de irse en blanco, que era solo de las camisas, también acabó dándose en el marcador.

Dinia Vargas
dvargas@larepublica.net
@dvargasLR