Tiger Woods y su incierto futuro

El regreso de Tiger Woods a los campos es todo un acertijo, el golfista dejó aún más dudas en sus últimas declaraciones.
El estadounidense no juega un torneo desde agosto y, de momento, es incapaz de adelantar una posible fecha de regreso.
Woods se mostró preocupado y frustrado con la recuperación de su lesión en la espalda.
Cuando le preguntaron si era posible que no jugara en 2016 mientras se recupera de dos operaciones en la espalda, en setiembre y octubre, Woods respondió: “Sabes, me han preguntado eso un poco últimamente y la respuesta es que no lo sé, es la verdad, es que no lo sé, realmente no lo sé”.
El golfista, actualmente 400 del mundo y bajando, ni siquiera tiene clara su agenda para la próxima temporada.
“No hay un calendario para esto (la recuperación), y ajustarme a la idea ha sido lo más difícil. ¿Dónde está la luz al final del túnel? No lo sé, y eso ha sido muy duro”, afirmó.
“Escucho a mi cirujano, escucho a mis fisiatras, y simplemente voy día a día. Esperemos que en el día a día derive en algo positivo pronto”, agregó.
Para explicar la auténtica dimensión de sus problemas volvió a recurrir a sus hijos.
“No puedo jugar al fútbol con mis hijos y hasta que eso no suceda, ni me planteo volver a jugar al golf. De momento, paso una gran parte del tiempo jugando a la consola, donde, por cierto, cada vez lo hago mejor”.
A poco menos de un mes de cumplir los 40 años, Woods acabará con otro año para el olvido en cuanto a resultados (jugó solo 11 torneos).
No compite desde el 23 de agosto en el Wyndham Championship en Greensboro, Carolina del Norte. En aquel certamen atrajo un público sin precedentes, deseoso de atestiguar su primera aparición.