TENIS-TICO
| Jueves 03 enero, 2008
TENIS-TICO
Ricardo Castro Calvo
Para La República
En Centroamérica observamos un renacer del tenis juvenil que merece analizarse. Guatemala cerró 2007 con la presencia de Analy Guzmán, Andrea Weedon y Paulina Schippers, Christopher Díaz, Christian Saravia, Julen Urigüen, Andrés Búcaro, Sebastián Vidal y Santiago Centeno, con puntos ITF; en El Salvador encontramos a Annette Ríos, Andrea Gutiérrez, Marcelo Arévalo, Sebastián Moreno y José Alfredo Alfaro; en Panamá con Nicole Stanziola y Elizabeth Tapia. En Nicaragua tenemos a Rodrigo Rappaccioli. A ellos, sumamos los ticos Pablo Núñez y Andrea González.
Las federaciones de tenis de Guatemala, El Salvador y Panamá, en los últimos diez años, han llegado a presupuestar un $1 millón anuales, lo que les ha permitido construir complejos deportivos propios; Honduras ha iniciado el desarrollo de un ambicioso plan de instalaciones y, a esta fecha, tiene construidas canchas en Tegucigalpa y en San Pedro Sula.
En Costa Rica, los presupuestos del gobierno para el tenis, en esos mismos años, han oscilado entre $14 mil en el mejor de los años y $2 mil en promedio hasta llegar a cero en algunas oportunidades. La Federación Costarricense de Tenis no tiene instalaciones propias y las políticas de Estado no tienen al deporte y, menos al tenis, como prioridad nacional. El Comité Olímpico Nacional está en crisis desde hace varios años y actualmente vive su peor momento. En consecuencia, el tenis del país, se desarrolla con base en programas privados, especialmente, en las escuelas y clínicas privadas del Costa Rica Country Club, el Costa Rica Tennis Club, la Academia de Tenis Naranjo y otros programas más pequeños pero que suman en el número de jugadores de alto rendimiento. El esfuerzo económico de las familias viene a solventar la deficiencia individual de los y las jugadoras pero además, estas familias en forma solidaria sufragan los costos de entrenadores y asistentes a las competencias internacionales.
Como grupo centroamericano, las federaciones del área han fortalecido el fogueo de las y los jugadores y se realizan tres CONTECAS, donde participan aproximadamente 200 jugadores por evento. Se organizan tres torneos internaciones en promedio en cada país para llegar a 15 competencias abiertas al mundo por año.
Este despertar nos puede dar una gran alegría en la edición 44 de la Copa del Café. ¡Pongamos atención a los jugadores de Centroamérica!
Ricardo Castro Calvo
Para La República
En Centroamérica observamos un renacer del tenis juvenil que merece analizarse. Guatemala cerró 2007 con la presencia de Analy Guzmán, Andrea Weedon y Paulina Schippers, Christopher Díaz, Christian Saravia, Julen Urigüen, Andrés Búcaro, Sebastián Vidal y Santiago Centeno, con puntos ITF; en El Salvador encontramos a Annette Ríos, Andrea Gutiérrez, Marcelo Arévalo, Sebastián Moreno y José Alfredo Alfaro; en Panamá con Nicole Stanziola y Elizabeth Tapia. En Nicaragua tenemos a Rodrigo Rappaccioli. A ellos, sumamos los ticos Pablo Núñez y Andrea González.
Las federaciones de tenis de Guatemala, El Salvador y Panamá, en los últimos diez años, han llegado a presupuestar un $1 millón anuales, lo que les ha permitido construir complejos deportivos propios; Honduras ha iniciado el desarrollo de un ambicioso plan de instalaciones y, a esta fecha, tiene construidas canchas en Tegucigalpa y en San Pedro Sula.
En Costa Rica, los presupuestos del gobierno para el tenis, en esos mismos años, han oscilado entre $14 mil en el mejor de los años y $2 mil en promedio hasta llegar a cero en algunas oportunidades. La Federación Costarricense de Tenis no tiene instalaciones propias y las políticas de Estado no tienen al deporte y, menos al tenis, como prioridad nacional. El Comité Olímpico Nacional está en crisis desde hace varios años y actualmente vive su peor momento. En consecuencia, el tenis del país, se desarrolla con base en programas privados, especialmente, en las escuelas y clínicas privadas del Costa Rica Country Club, el Costa Rica Tennis Club, la Academia de Tenis Naranjo y otros programas más pequeños pero que suman en el número de jugadores de alto rendimiento. El esfuerzo económico de las familias viene a solventar la deficiencia individual de los y las jugadoras pero además, estas familias en forma solidaria sufragan los costos de entrenadores y asistentes a las competencias internacionales.
Como grupo centroamericano, las federaciones del área han fortalecido el fogueo de las y los jugadores y se realizan tres CONTECAS, donde participan aproximadamente 200 jugadores por evento. Se organizan tres torneos internaciones en promedio en cada país para llegar a 15 competencias abiertas al mundo por año.
Este despertar nos puede dar una gran alegría en la edición 44 de la Copa del Café. ¡Pongamos atención a los jugadores de Centroamérica!