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Viernes, 13 de diciembre de 2024



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Sin el debido acompañamiento esta experiencia podría causar deserción estudiantil

¿Su hijo repite el año escolar? 5 consejos para convertir el proceso en una oportunidad de crecimiento

Encontrar un enfoque positivo en medio de la crisis debe ser el punto de partida, según expertos

Andrei Siles asiles@larepublica.net | Martes 06 febrero, 2024


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Hacer énfasis en la comunicación y la orientación sobre los nuevos retos, y las formas asertivas de enfrentarlos, es vital para apoyar a los estudiantes que se encuentran en esta situación, según Shirley Zúñiga, psicóloga de la Clínica Bíblica. Cortesía-Canva/La República


Reprobar el curso lectivo podría convertirse en una experiencia traumática para los estudiantes y sus padres, especialmente porque en algunos casos, las escuelas no permiten que los alumnos repitan el año, lo que obliga a las familias a buscar otras opciones educativas.

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Asimismo, la frustración que se experimenta podría llevar a señalar culpables dentro de la familia, desmotivando al estudiante y a otros miembros, y en el peor de los casos, podría resultar en un interés por abandonar la educación por completo.

“Recibir la noticia de que un hijo ha reprobado siempre será una situación que genera un sin número de emociones en los padres de familia, pero no hay que permitir que ello se traduzca en escenarios de violencia, sino más bien aprovechar la oportunidad para analizar y reflexionar”, indica Meybell Ulate, docente de secundaria en la Escuela Liceo María Auxiliadora de San José.

En este sentido, analizar ‘en frío’ las circunstancias puede ayudar a esclarecer las responsabilidades de cada una de las partes y el acompañamiento hacia el estudiante, para que no se sienta como el único culpable y comprenda que existen muchas posibilidades de mejora para avanzar en el proceso educativo.

“Hay que analizar qué los hizo llegar a este punto. En la formación educativa siempre va a haber tres responsables: la institución, los padres y el alumno, y a nivel de orientación, este último requiere mucho apoyo, porque puede estar pasando por muchas crisis al mismo tiempo. La culpa no aporta nada positivo a la fórmula; la acción sí”, apunta Shirley Zúñiga, psicóloga de la Clínica Bíblica.

Y es que factores característicos del modelo educativo, como la forma de evaluación, el método de aprendizaje o incluso el abordaje de situaciones de bullying, adicionados a circunstancias particulares que pudiera estar viviendo el menor en el hogar, podrían influir sobre cada punto de mejora en el que cada una de las partes involucradas en el proceso puede aportar.

“Un factor psicosocial importante tiene que ver con el aspecto motivacional, y en muchas ocasiones, algunas conductas por parte de los padres, o elementos del sistema educativo, no generan confianza a los estudiantes, considerando las diferentes formas de pensar y aprender”, opina Waynner Guillén, profesor de Psicología de la Universidad Fidélitas.

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En este punto, mirar hacia adelante y tomar las adversidades como oportunidades para mejorar es clave para que la nueva etapa sea exitosa, haciendo un balance entre lo que se necesita cambiar y evitar obsesionarse con expectativas excesivas, como obtener calificaciones perfectas, ya sea autoimpuestas o impuestas por otros. De esta manera, se evita caer en la presión excesiva y el autocastigo por lo que quizás no se logró el año anterior.



Desafío como oportunidad


Ver la repetición de un año escolar como una crisis que ofrece oportunidades para plantearse metas, mejorar como estudiante y familia, construir nuevas relaciones y desarrollar resiliencia ante la adversidad es la fórmula para superar este proceso, según Vinicio Jiménez, representante del Colegio de Profesionales en Orientación.

  • Reconocer y validar las emociones del estudiante, como enojo, tristeza o miedo, es crucial para pasar a la siguiente etapa de manera más saludable.
  • Analizar de manera detallada el desempeño del año anterior, incluyendo aspectos como manejo del tiempo, técnicas de estudio, relaciones sociales y apoyo parental, identificando lo que funcionó bien y lo que necesita mejora.
  • Establecer una relación cordial y una comunicación fluida entre padres, docentes, profesionales en orientación y la administración escolar, siendo que la coordinación de todas las partes involucradas es esencial para el éxito educativo.
  • Abordar la situación desde el principio mediante la evaluación del año anterior, la construcción de un plan remedial y el establecimiento de metas a corto, mediano y largo plazo, así como involucrarse en actividades motivadoras que contribuyan a darle sentido a la experiencia escolar.
  • Entender que la frustración es una emoción natural, pero no permitir que esta impida intentarlo nuevamente, permite desarrollar estrategias para, entre otros aspectos, mantener la conexión con antiguas amistades y abrirse a nuevas relaciones, ayudando a enfrentar el cambio de grupo.


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