Spurs, muralla en casa

El AT&T Center es el fortín de los Spurs de San Antonio, una cancha en donde todos los equipos que han llegado en esta temporada no se han podido llevar nada.
Ya son 15 partidos de los texanos invictos en su feudo sin importar el rival (Rockets, Nets, Portland, Memphis, Mavericks, Clippers, son algunos rivales que perdieron).
La temporada del conjunto de Gregg Popovich está siendo muy buena (23-5), aunque pierde brillo opacada por el paso arrollador de los Warriors.
El saber explotar las virtudes de sus jugadores le queda como anillo al dedo a Popovich, quien sigue manteniendo a su interminable “Big Three” —Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili, este último quien menos minutos juega—, junto al alero Kawhi Leonard, una fiera defensiva y que le ha agregado eficacia ofensiva a su juego.
A ellos se sumó a inicio de temporada el ala-pívot LaMarcus Aldridge, cada vez más integrado al equipo. Fue de las contrataciones más sonadas del mercado, llegó como agente libre y el hecho de que los Spurs sean hoy el mejor equipo defensivo de la temporada se debe a él.
Mientras el mundo entero mira a los Warriors, los fanáticos de San Antonio sueñan con que su equipo logre la sorpresa.
“Solo nos preocupamos por nosotros, en cómo podemos mejorar, estamos bien, estamos mejorando pero todavía falta”, aseguró Ginóbili.
“Somos los Spurs, nunca tenemos la atención de todo el país, tampoco la demandamos, no pedimos por ella”, añadió.
Los Spurs son el equipo que menos puntos permite a sus rivales en cada enfrentamiento, con 88,2 concesiones por cada partido jugado (93,9 por cada cien posesiones, donde también son primeros).
Más allá del dato, lo verdaderamente alucinante llega desde la línea de triple, al ser el que mejor defiende los tiros lejanos. San Antonio concede 19,2 tiros de triples por partido, de los cuales solo entran —entre todo el equipo contrario— 5,2, dejando un porcentaje del 30% desde más allá del arco, según datos recabados por ESPN Stats.
En ofensiva los de San Antonio apuestan al constante movimiento y pasar el balón, hasta encontrar un jugador que esté más cómodo para tirar.
“Hacemos lo que venimos ejecutando desde hace 20 años, las mismas cosas aburridas de siempre”, resume Popovich.