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COLUMNISTAS


¿Salud o economía?

Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 26 junio, 2020


Sinceramente

Se ha suscitado en estas últimas semanas la discusión nacional sobre las prioridades de país. Muchos aseguran que no importa si se arruinan las empresas, que ya surgirán otras, que la vida es irremplazable. Otros señalan que los capitalistas solo persiguen a su becerro de oro y que en esta ocasión aprenderán que otras cosas valen más como la vida. Esta absurda discusión lo que trasluce es el resentimiento de quienes no son emprendedores hacia éstos, hacia los empresarios, hacia quienes han logrado construir algo material para seguridad de sus vidas y las de sus hijos y nietos. Que se arruinen esos defraudadores de impuestos, han escrito muchos.

Es claro que la salud se alimenta a razón de tres comidas diarias. Es claro que el trabajo con su remuneración es el mejor programa social que puede haber en una sociedad. Muchos costarricenses ya han comenzado a entender que la CCSS no tiene rentas propias, que el gobierno no se puede mantener por sí mismo sin los aportes patronales y obreros a la primera y los impuestos al segundo. En suma, los costarricenses han llegado a la clara concepción que sin empresas no hay trabajo, que sin trabajo no hay salario ni consumo y que sin empresas ni salarios no hay posibilidad de pagar por nuestra salud ni por nuestro gobierno, ambas organizaciones indispensables para nuestra comunidad, su vida y nuestra organización.

Sin empresa, sin trabajo, sin economía no hay salud. Sin salud no hay economía, ni trabajo ni labores. Empresas vacías de trabajadores enfermos y tiendas carentes de clientes por pandemia son caras de una misma moneda. Discusiones bizantinas a estas alturas de la historia y con los apremios que estamos viviendo deben dejarse de lado. Salud y economía, economía y salud son indispensables ambas y no es cuestión de poner una delante de la otra, es cuestión de equilibrio.

El señor ministro de salud ha jugado un papel central y el equipo económico de gobierno ha jugado un papel más pasivo y secundario en esta pandemia. Hay que restablecer el equilibrio. El presidente de Costa Rica, que para eso existe esa posición, es el llamado a ejercer su liderazgo y marcar el equilibrio para que ambas, economía y salud, se preserven.

La crisis fiscal de Costa Rica no se resolverá a punta de impuestos sino de reactivación. El mejor ministro de hacienda otrora fue una buena cosecha de café. Hoy el mejor ministro de hacienda es una economía robusta y en crecimiento.

Con la economía cerrada, con el comercio deprimido, con la industria paralizada y la agricultura en estado de coma no sale el país adelante ni podrá atenderse la salud por falta de los recursos suficientes. No sale Costa Rica adelante contrayendo deuda y más deuda. Ya los intereses pagados por los poderes del estado en el presupuesto nacional llegan a casi el 40% de los ingresos tributarios. De los disparadores del gasto este es el más peligroso y el que no es controlable más que pagando las deudas. Los intereses internacionales están bajísimos por la crisis que atraviesa el mundo. Cuando éstos suban, simplemente no alcanzarán los ingresos totales para hacerles frente. Con el nivel de endeudamiento que tiene el gobierno, el límite al endeudamiento del país será una realidad palpable. La mitad del presupuesto nacional, o sea unos cinco millones de millones de colones al año de diez y medio millones de millones de gastos quedarán al descubierto si no hay financiamiento. La crisis fiscal no se resuelve aumentando el gasto y la deuda. La crisis fiscal se resuelve bajando el gasto y pagando parte de la deuda para hacerla más manejable.

¡Salud sí! ¡Economía también! Una y otra son parte indispensable de nuestra integralidad. Caras inseparables de nuestra Costa Rica. Hay que restablecer el equilibrio y el señor presidente debe de ser llamado a ejercer su mandato y su liderazgo.

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