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Ruido vehicular en Heredia centro supera límites y genera graves problemas de salud

Bulla afecta descanso, procesos educativos y salud mental, entre otros problemas

Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Lunes 09 septiembre, 2024 03:33 p. m.


Entre las soluciones propuestas están el uso de pavimentos que reduzcan el ruido, la instalación de barreras acústicas y la promoción de prácticas de conducción responsable. Cortesía/La República.
Entre las soluciones propuestas están el uso de pavimentos que reduzcan el ruido, la instalación de barreras acústicas y la promoción de prácticas de conducción responsable. Cortesía/La República.


El ruido vehicular en el casco central de Heredia ha alcanzado niveles preocupantes, según un estudio reciente presentado por Valeria Leitón y Melissa Solórzano, graduadas de la Licenciatura en Ingeniería en Gestión Ambiental de la Universidad Nacional (UNA).

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El informe, que abarcó el periodo entre 2021 y 2022, reveló que el tráfico vehicular es la principal fuente de contaminación acústica en la zona, superando los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la normativa nacional.

A pesar de las restricciones vehiculares nocturnas implementadas durante la pandemia de covid-19, los niveles de ruido en Heredia se mantuvieron por encima de lo aceptable tanto en el día como en la noche.

Las investigadoras elaboraron un mapa acústico que evidenció que el 90% del casco central de Heredia presenta altos niveles de ruido, con el sector de la Universidad Nacional siendo uno de los puntos más críticos.

Leitón y Solórzano subrayaron los riesgos que este fenómeno representa para la salud pública, incluyendo trastornos del sueño, problemas cardiovasculares, estrés y disminución en la productividad laboral y del aprendizaje.

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Entre las soluciones propuestas están el uso de pavimentos que reduzcan el ruido, la instalación de barreras acústicas y la promoción de prácticas de conducción responsable.

Además, se destacó la necesidad de fomentar el transporte público y la movilidad activa, como caminar o andar en bicicleta.

El estudio también sugiere que la planificación urbana debería incluir más espacios verdes, como parques y jardines, que actúen como barreras naturales contra el ruido. Estos espacios, además de reducir la contaminación sonora, aportarían otros beneficios como la mejora de la biodiversidad y la salud mental y física de la población.

Finalmente, las investigadoras recomendaron a la Municipalidad de Heredia extender las mediciones de ruido a otras áreas de la ciudad para evaluar la magnitud del problema y diseñar medidas adecuadas para mitigar su impacto.

La solución

Bajo la premisa de que el silencio es oro invisible, el despacho del diputado del Frente Amplio Antonio Ortega y representantes de la sociedad civil unieron esfuerzos para presentar un proyecto de ley que regularía la contaminación sónica y, más importante aún, promover paisajes sonoros positivos. 

Antonio Ortega. Cortesía/La República.

Antonio Ortega. Cortesía/La República.

Y es que está comprobado que los ambientes públicos silenciosos permiten una mayor concentración, a la vez que ayudan a proteger la salud mental y física, y, por supuesto, permiten un mejor descanso.

“Con este proyecto, hablamos de introducir y promover el concepto de paisajes sonoros positivos como una concepción vinculada al derecho a la ciudad, al bienestar, a la salud y a un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado”, señaló el diputado frenteamplista.

La iniciativa reafirma la rectoría del tema en el Ministerio de Salud y el deber de la Fuerza Pública de auxiliar a dicho Ministerio en las labores de fiscalización y control de la contaminación sonora.

“Apostarle a la paz sonora protegiendo entornos con sonidos positivos implica, por un lado, un ahorro sustancial de costos y gastos públicos en salud; por otro, el vivir libre de ruido impulsa la productividad a nivel educativo, empresarial y nacional. La paz en los oídos trae prosperidad a los bolsillos”, dijo Eduardo Sasso, ingeniero industrial especializado en transformación social empresarial y coordinador general de Costa Rica Sin Ruido. 


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