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Jueves, 12 de diciembre de 2024



COLUMNISTAS


Reflexiones desde el aislamiento

Natiuska Traña natiuskatp@gmail.com | Viernes 27 marzo, 2020


Estoy en aislamiento que es lo que corresponde hacer y espero que usted esté haciendo lo mismo. ¡Haga caso!

El mundo actual vive una crisis, no sólo en cuanto a la pandemia mundial y a la recesión económica que se avecina, sino que ha saltado a la luz, la crisis más importante, la crisis de valores y la existencial.

Hemos vivido mucho tiempo bajo el esquema de “la persona light”, que se olvidó de las cosas trascendentales y se preocupa por las cuestiones materiales. La vida “express” es la imperante. Ahora buscamos la manera de ahorrarnos esfuerzos y de evitar pasar por grandes problemas para conseguir aquello que anhelamos y que muchas veces ni sabemos por qué lo queremos.

De repente, la mayor riqueza que tenemos es la salud, muchas veces descuidada con mala alimentación, poco tiempo de descanso, nula actividad física y cero enriquecimientos del alma; olvidando así lo realmente importante, nuestra calidad de vida, nuestra familia, cuidarnos y ayudarnos unos a los otros.

Este es un momento de reflexión donde la humanidad que conocemos hasta ahora debe replantearse. El enfoque del consumismo y el materialismo que se derrumba ante una amenaza que no ve cuentas bancarias, estándares de belleza, “likes”, culturas, religiones, ni estatus social.

No es la primera vez que esto le ocurre a la humanidad, desastres como este se han repetido en la historia y quisiera pensar que no han pasado desapercibidos; sin embargo, en esta ocasión las condiciones del planeta no son las mismas que las de principio del siglo pasado. Esta vez se marcará un cambio en el futuro de todos, porque el ataque de un “enemigo invisible”, microscópico, ha detenido el funcionamiento de los “grandes” del mundo y al igual que ante las experiencias traumáticas ocurridas en el pasado, emergerá una nueva generación, con una conciencia más solidaria, a la que me atrevo a llamar una nueva generación de “baby boomers” (y lo digo con orgullo, porque a los “baby boomers” originales les debemos muchísimo).

Esta crisis es la oportunidad de un nuevo comienzo, de crear un mundo donde lo importante es una pequeña sonrisa, convivir con la familia, un abrazo cálido o un beso de amor con la pareja que ha compartido su vida desde hace poco o desde hace varios años; cualquier detalle le puede llenar el corazón de regocijo.

Aprovechemos la oportunidad de estar con nosotros mismos para hacer una introspección y valorar si estamos haciendo lo que realmente nos apasiona, lo que nos hace felices y démosle un nuevo sentido a la vida.


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