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Qué fregada con los diputados

Luis Alberto Muñoz redaccion@larepublica.net | Viernes 24 junio, 2011



Qué fregada con los diputados


Más que por algún otro atributo, la actual Asamblea Legislativa ha logrado destacarse por sus desaciertos; por una falta de sensibilidad y solidaridad con los problemas que sufre la ciudadanía.
Empecemos con el cínico aumento salarial pretendido en momentos en que el país, a criterio de la propia presidenta Laura Chinchilla, y sus expertos economistas, se declaraba estar en un grave déficit fiscal, que en términos más sencillos significa que el Estado gasta mucho en comparación con sus ingresos.
No pudieron haber escogido otro momento más inoportuno, pero recién empezaban a sonar los temibles tambores que anunciaban un nuevo conato de paquetes de impuestos, cuando nuestros diputados se lucieron reclamando que su sueldo era poco.
Claro está que la pretensión era que el pueblo se apretara la faja, pues la situación lo ameritaba, excepto para esta clase especial de gobernantes.
Así han cruzado muchas líneas más del cinismo, como cuando aprobaron un aumento del gasto para la educación al 8%, sin explicar de dónde tomarán los recursos para lograrlo.
Y qué decir de la draconiana Ley de Tránsito aprobada por sus antecesores, quienes al igual que este mismo Congreso aceptaron que debía ser arreglada, y los meses siguen pasando sin ningún cambio efectivo al respecto.
Asimismo protagonizan una lamentable, con vergüenza ajena lo menciono, sesión solemne del 1º de mayo, donde se da la histórica “fuga del cafetín” y a puertas cerradas los diputados oficialistas intentan aferrarse a la silla presidencial de la Asamblea.
Ahora, tras una gran alharaca, se discute el proyecto de Fertilización in Vitro, a pesar de que se sabe de antemano que ni el Seguro Social, ni el Estado tienen los recursos para proveer los $10 mil en promedio por paciente que requiere este tratamiento.
Por si fuera poco, tras un año y casi dos meses, algunos diputados llegaron a la conclusión de que son muy pocos, y “amenazan” con multiplicarse.
Tan solo basta una simple ecuación matemática para darse cuenta que en países como México, Brasil, Perú, por poner algunos ejemplos, la cantidad de personas que representa un congresista es significativamente mayor que en nuestra bella tierra.
Si Costa Rica utilizara la misma proporción de representación que México, tan solo necesitaríamos tres diputados en la Asamblea.
No hacen falta más desaciertos para poder entender el actual sentimiento ciudadano: “Qué fregada con los diputados”.

Luis Alberto Muñoz

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