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¿Qué le depara a la economía de Centroamérica y República Dominicana?

Centroamérica y República Dominicana necesitan crecer económicamente para resarcir los impactos negativos de la crisis del Covid-19.

Forbes Centroamérica ipantaleon@forbeslatam.net | Viernes 19 marzo, 2021 06:20 p. m.


Archivo/La República
Archivo/La República


Ante las afectaciones que la pandemia dejó en las industrias de Centroamérica y República Dominicana (CARD), 2021 será crucial para la recuperación.

A finales del año pasado, con la reapertura de algunas actividades, las ventas comenzaron a repuntar en varios sectores, pero el crecimiento dependerá de las medidas que tomen los gobiernos, de posibles rebrotes y de la disponibilidad de las vacunas.

Los negocios que reportaron mayores caídas fueron hoteles y restaurantes, transporte y almacenamiento, comercio, construcción y manufactura. Esto, como consecuencia de la débil demanda externa e interna, impactada por el cierre obligatorio de empresas y la paralización del sector turismo.

En CARD, particularmente fueron golpeadas las pequeñas compañías, que representan la mayor proporción dentro de casi todos los sectores. Estos efectos pueden extenderse a mediano y largo plazo, dependiendo de las medidas de contención que se tomen desde los gobiernos, dice César Addario Soljancic, vicepresidente regional para Centroamérica y el Caribe de la firma de capital y servicios financieros EXOR.

Las perspectivas a corto y mediano plazo para América Latina y el Caribe dependerán de factores que inciden en la demanda externa e interna y de la forma en que las secuelas de la crisis reduzcan el producto potencial, señala el reporte Perspectivas económicas: Las Américas. La persistencia de la pandemia nubla la recuperación, elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El organismo multilateral prevé una recuperación lenta y a mediano plazo, debido a los costos económicos duraderos, por lo que la mayoría de los países de esta zona del mundo no retornarán al nivel del Producto Interno Bruto (PIB) previo al Covid-19, sino hasta 2023.

“El panorama apunta a que crezca la cartera de las inversiones alternativas, sobre todo lo canalizamos a través de materias primas, activos ‘refugio’ como el oro, estrategias que aporten descorrelación a otros activos que se tengan en cartera, como el retorno absoluto, y mercados privados”, explica Addario.

El documento del FMI señala que además de los riesgos relacionados con la pandemia, los desastres naturales y los eventos meteorológicos extremos siguen siendo importantes fuentes de riesgo en la región.

Así quedó evidenciado en noviembre de 2020, cuando los huracanes Eta e Iota afectaron la región centroamericana, dejando más de 6.5 millones de personas afectadas directamente.

“Debemos aprender de la pandemia, pero también de las tormentas tropicales y huracanes. Estamos en un mundo que es más rápido y cambiante y esto nos obliga a todos a ser más resilientes e innovadores y tener mayor capacidad de reacción”, comenta Fernando García Merino, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Industriales de Honduras (ANDI).

En ese sentido, la apuesta debe ir en línea con aumentar la resiliencia frente a situaciones futuras, con intervenciones que permitan fortalecer la capacidad de las sociedades y las economías, para así hacer frente a las perturbaciones externas y recuperarse de ellas, concluye Addario.

El crecimiento de Costa Rica estará en servicios, comunicaciones, tecnología, construcción, manufactura, agro y actividades financieras, entre otros.

Con la reapertura de las actividades económicas en Costa Rica, se espera que la confianza mejore y el consumo se recupere, lo que permitirá el crecimiento de los sectores productivos. El país deberá atraer inversiones para lo que será fundamental brindar seguridad jurídica.

Lea más: 2020, el año en que la pandemia hundió la débil economía

Alrededor de 86% de las empresas han sido afectadas en mayor o menor medida por los efectos de la pandemia. A pesar de ello, las cifras del Banco Central de Costa Rica son optimistas, al proyectar un crecimiento de 2.6% en 2021 debido a la reapertura de las actividades productivas y a la mejora en las perspectivas de la economía mundial.

Este año se espera que mejore la confianza y las expectativas de los agentes económicos, lo que mejorará los niveles de inversión, la ejecución de obras de infraestructura, y habrá una recuperación del consumo (crecimiento de 1.6%), comenta José Álvaro Jenkins, presidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP).

Lea más: Economía costarricense tuvo una de las mayores caídas de su historia en el 2020

Los sectores productivos que tienen una mejor evolución de su actividad son información y comunicaciones, actividades inmobiliarias, industria manufacturera, agropecuario y actividades financieras, señalan datos del Banco Central.

Debido a la crisis, la inversión extranjera se redujo durante 2020 y se espera que la situación no cambie este año. Por lo tanto, se deberá trabajar en la atracción de aquellos capitales que luego de la pandemia estarán en busca de destinos para invertir.

“Es fundamental que el país brinde seguridad jurídica a las inversiones, por ejemplo, manteniendo el actual régimen de zonas francas, y mejorando el talento humano de la fuerza de trabajo y el clima de negocios”, afirma Jenkins.

Y recomienda optar por una estrategia de nearshoring que busca traer más cerca de sus mercados meta la producción de bienes y servicios

“La inversión en el sector servicios, tecnología, telemedicina, salud y bienestar virtual son áreas de mucho auge a nivel mundial y Costa Rica puede y debe obtener provecho de ello”, indica.


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