Potencia de Ómicron hace inservibles mascarillas comunes hechas de tela para evitar contagio

La velocidad de contagio que caracteriza a Ómicron, con respecto al virus original, o incluso a su variante antecesora, Delta, ha puesto en jaque el grado de protección que brindan las mascarillas, incluidas las de tela que no brindan protección contra la Covid-19.

Tanto su elaboración, como el uso que se les da, son fundamentales ante el poder arrollador de la variante, la cual, es 70 veces más contagiosa, según la Universidad de Hong Kong.

N95, KN95, mascarillas quirúrgicas y las fabricadas con tela o también llamadas reutilizables, son las opciones a las que han acudido las personas como medida de protección.

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Sin embargo, en los últimos días, tanto en Costa Rica, como en el resto del mundo se ha puesto en entredicho la confiabilidad que brindan los cubrebocas fabricados con tela ante Ómicron.

Actualmente, las N95 y KN95 son las recomendadas por el Centro por el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) para prevenir contagios, esto por las tres capas que tienen, las cuales, evitarían la filtración de partículas del virus.

Expertos consultados por LA REPÚBLICA resaltan que entre un cubrebocas y otro podrían existir grandes diferencias de protección y coinciden en que este factor, sumado a un uso inadecuado, podrían convertir a una persona en presa fácil de la Covid-19.

“Las mejores que se han utilizado en ambientes bioinfecciosos son las mascarillas N95, después están las mascarillas KN95 que bien ajustadas y con sello en la cara, protegen adecuadamente'', indicó Roberto Salvatierra, médico investigador de la Universidad Hispanoamericana.

De hecho, un cubrebocas KN95 puede filtrar hasta el 95% de las partículas del aire, asegura el CDC, que también advierte que mascarillas con válvulas de respiración inhabilitan ese porcentaje de protección.

En el país son de uso popular también las mascarillas quirúrgicas, sin embargo, aquí toma total relevancia, el cómo se usa.

“Para que una mascarilla quirúrgica tenga un grado de protección ideal ante el virus, debe, primeramente, hacer un buen ajuste en cara, por ejemplo, un cubrebocas que empaña los lentes, es la mejor evidencia de que no está protegiendo”; señala Salvatierra.

En este sentido, es importante que además de un ajuste ideal, se entienda que el uso no debe sobrepasar las cuatro horas, especialmente si se está en ambientes cerrados y de poca ventilación.

“Se recomienda valorar la posibilidad de utilizar dos”, añadió Salvatierra.

En cuanto a las mascarillas de tela, usadas por una gran parte de la población, se resalta su poco poder de protección y confiabilidad.

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“La evidencia científica ha estado demostrando que ahorita una mascarilla de tela o reutilizable no ofrece la protección debida, esto por la naturaleza de su fabricación y de Ómicron”; indicó Agustín Gómez, Coordinador de la Unidad de Estadísticas del Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica.

Una mascarilla de tela no es buena filtrando virus, ni bacterias, entonces la efectividad de esta es relativamente mala, enfatiza Salvatierra, quien indica que para quien se resista a usarlas, lo haga con un cubrebocas quirúrgico primero y por encima la de tela, al menos.

En Costa Rica el costo de una caja de 50 unidades de mascarillas quirúrgicas ronda entre los ¢2.000 y ¢3.000 y de ¢1.000 por unidad un protector KN95. Ambos se pueden adquirir en supermercados, farmacias y comercios en general.