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Plan de Energía sigue sin ejecutarse

Gabriela Masis gmasis@larepublica.net | Miércoles 17 noviembre, 2010




Requiere $11 mil millones para su ejecución en 15 años
Plan de Energía sigue sin ejecutarse
El país es altamente dependiente del consumo de combustibles contaminantes
El Plan Nacional de Energía pareciera estar a la deriva.
Ello porque no hay un órgano que le dé seguimiento, ni responsabilidades para su ejecución y que las acciones para aplicarlo se han hecho de manera dispersa, confusa y contradictoria.
Esto a pesar de que la elaboración de las políticas y directrices de dicho plan está a cargo del Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (Minaet), pero los responsables de su desarrollo son otros actores.
Entre ellos hay instituciones gubernamentales y organizaciones privadas, tales como el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, el Instituto Costarricense de Electricidad, entidades generadoras de energía como la Compañía Nacional de Fuerza y Luz; además de grupos empresariales como la Liga de la Caña, la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria y la Asociación Costarricense de Expendedores de Combustibles.
Esta situación, reflejada en el Informe Estado de La Nación se complica por no contar con los recursos financieros y técnicos para cumplir con los objetivos.
“Este es un plan a largo plazo, son muchas las instancias encargadas de ejecutar las distintas acciones, y hay responsabilidades bien definidas para cada una de ellas”, dijo Gloria Villa, encargada de la Dirección Sectorial de Energía.
Aunque sí reconoció que algunas acciones no se desarrollan, y explica que eso obedece a varias causas, como es el atraso en los estudios de impacto ambiental, las denuncias de las comunidades y falta de recursos.
Y es que para el desarrollo del plan a lo largo de 15 años, se requiere no menos de $11 mil millones.
Sobre el tema de eficiencia y sostenibilidad del plan en la evaluación se determinó que hay un evidente rezago en el país, y que los patrones en el consumo de energía no han variado sustancialmente en los últimos 20 años, porque sigue dándose una alta dependencia de los combustibles fósiles importados.
El 76% del consumo energético proviene de hidrocarburos, utilizado especialmente en el transporte de personas y mercancías.
Esa dependencia hace al país muy vulnerable ambientalmente, y en ese sentido la meta de ser neutral en las emisiones de carbono en 2021 sería imposible de cumplir, indica el informe.
De acuerdo con los datos de ese Ministerio, desde que se echaron a andar los programas, la tasa de crecimiento de consumo de energías dependientes de combustibles derivados de petróleo no ha crecido. En los últimos años se ha logrado mantener en un 4,3%.
Sin embargo, el país tiene posibilidades de cambiar su patrón energético mediante el uso de procesos eficientes y sostenibles, advierte el estudio.

Gabriela Masís
gmasis@larepublica.net






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