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Miércoles, 11 de diciembre de 2024



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Mayor credibilidad, experiencia y un código de ética sólido son ventajas de acudir con un coach certificado

No se deje engañar: Sepa cómo elegir un coach profesional y qué certificaciones debe tener

En los últimos años se ha visto un aumento de cursos cortos en línea sobre coaching que no necesariamente cumplen con estándares profesionales

Brenda Camarillo bcamarillo@larepublica.net | Lunes 26 junio, 2023


Alexandra Odio y Mónica Herrera de la Junta Directiva de ICF Costa Rica
Acudir a un coach no certificado conlleva riesgos como un mal enfoque del proceso, consejos erróneos o incluso prácticas poco éticas. Alexandra Odio y Mónica Herrera de la Junta Directiva de ICF Costa Rica. Cortesía-@Jirsak via Canva/La República


Si está interesado en buscar coaching para lograr objetivos en algún área específica de su vida, es crucial saber que hay diferentes certificaciones y estándares éticos y profesionales que el coach debe cumplir.

Una certificación de coaching otorgada por una organización reconocida brinda la garantía de que el coach ha cumplido con requisitos específicos de formación, experiencia y competencia.

Además, al buscar los servicios de un coach certificado usted tiene la tranquilidad de trabajar con un profesional que ha demostrado un alto nivel de conocimientos y habilidades en el campo del coaching.

Para no caer en timos, en Costa Rica se encuentra un capítulo del International Coaching Federation (ICF), una de las máximas organizaciones de coaching a nivel mundial, el cual cuenta con un directorio de más de 80 asociados en nuestro país, avalados bajo los más altos estándares éticos y profesionales.

Todos ellos cumplen rigurosos procesos de certificación que garantizan sus conocimientos, habilidades, experiencia y formación para mayor seguridad de los clientes.

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“La ICF tiene tres diferentes credenciales que son los niveles de experiencia o de señority, o como llamamos nosotros ‘horas vuelo’, de cada coach. Esto requiere no solo horas de formación, sino experiencia, supervisión, mentoría, entre otros. Y son tres principales: el primer nivel es el Accredited Certified Coach (ACC) y para ser elegible el coach debe tener más de 60 horas de formación específicas en coaching y más de 100 horas de experiencia con clientes. Una vez que el coach cumple con esas características hace su aplicación y para poder obtener la credencial, el proceso implica además 10 horas de mentoría con un coach que esté acreditado como mentor. Posteriormente se debe presentar un examen ante el ICF global que evalúa el Código de Ética, que la persona cumpla con las competencias, etcétera. El siguiente nivel es el Professional Certified Coach (PCC), en el que se requieren más de 125 horas de formación específica en coaching y más de 500 horas de experiencia. Y el último es el Master Certified Coach (MCC), y se requieren más de 200 horas de formación y más de 2.500 horas de experiencia como coach”, explicó Alexandra Odio, de la Junta Directiva de ICF Costa Rica.

La diferencia de estas credenciales radica únicamente en el nivel de experiencia y no limita el tema, área o la jerarquía del cliente, ya que el trabajo se hace con base en sus propias metas, de acuerdo con Odio.

Es importante aclarar que la formación que se requiere de los coaches para aplicar a estas credenciales, debe ser de escuelas reconocidas y acreditadas por la ICF.

De igual forma, el examen que presenta un coach en Costa Rica es el mismo que hace un coach en otro país, pues se trata de un sello de calidad internacional.

“Hay que tener mucho cuidado porque en este crecimiento que ha habido exponencial en Linkedin o Instagram, de hágase coach en salud o hágase coach en nutrición, no cumplen con estos criterios. Para ser un coach en ICF tenés que ser graduado de una escuela aprobada por ICF y esto es un proceso bastante riguroso, donde las escuelas tienen que demostrar que las personas que enseñan tienen cierto nivel, cierta calidad de educación y que cumplen con toda la metodología que ICF requiere”, agregó Mónica Herrera, de la Junta Directiva de ICF Costa Rica.

Asimismo, los coaches certificados están comprometidos con la actualización de sus habilidades a través de la educación y la formación continua.

A su vez, siguen un código de ética sólido que regula su práctica y establece pautas claras en cuanto a la confidencialidad, el respeto y la responsabilidad hacia los clientes.

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“Hay ocho competencias que son globales y están relacionadas con varias cosas, por ejemplo, con cumplir el Código de Ética, que es muy estricto, y contempla la responsabilidad que tenemos con nuestros clientes, que no haya conflicto de interés, también lo que es la responsabilidad con la práctica y el desempeño, o sea, tenemos que educarnos continuamente nosotros, porque nuestra acreditación vence cada ciertos años, entonces tenemos que haber demostrado que hemos tenido educación continua en el proceso de coaching”, dijo Herrera.

Conocer todo esto toma mayor relevancia ya que, acudir a un coach que no esté certificado conlleva ciertos riesgos.

No solo puede carecer de la formación y experiencia necesarias para guiar adecuadamente a los clientes, sino también puede resultar en un mal enfoque, consejos erróneos o incluso prácticas poco éticas.

La falta de una certificación reconocida también implica la ausencia de supervisión y rendición de cuentas, lo que puede comprometer la calidad y la integridad del proceso de coaching.

Por lo tanto, es fundamental investigar y asegurarse de que el coach elegido cuente con las certificaciones y credenciales adecuadas para obtener resultados duraderos y un verdadero cambio de vida.


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