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Ministra de Justicia: “En Costa Rica se encarcela demasiado”

Jeffry Garza jeffrygarza.asesor@larepublica.net | Miércoles 01 noviembre, 2017




“Al asumir como ministra de Justicia y Paz, el 13 de julio del 2015, encontré un nivel de sobrepoblación que rondaba el 53%, lo que significaba un quebranto de los niveles aceptables de hacinamiento”, relató Cecilia Sánchez, ministra de Justicia y Paz.

Así inició la Ministra su informe ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), sobre la situación de los privados de libertad en nuestro país.

Este organismo calificó de “ejemplarizantes para la región” las prácticas penitenciarias de Costa Rica.

Lea más: CIDH alaba sistema penitenciario de Costa Rica

Poco más de dos años después, el hacinamiento se redujo hasta un 28% y se mejoraron las condiciones de las personas que viven en los centros penitenciarios.

Lea más: Justicia destaca disminución en el hacinamiento carcelario en informe ante la CIDH

En entrevista con LA REPÚBLICA, Sanchéz reveló su camino hasta el reconocimiento de la CIDH, que implicó enfrentarse al Ministerio de Seguridad, a la propia policía penitenciaria y a funcionarios de Justicia.

¿Qué se encuentra cuando llega a la cartera de Justicia hace dos años?

Un hacinamiento insostenible y al Ministerio de Justicia sin los recursos necesarios para hacer frente a ese encarcelamiento masivo: seguía la misma infraestructura y no se aumentó el presupuesto ni las plazas.

Había condiciones insalubres en las cárceles, carencia de servicios básicos y médicos, la comida y la atención técnica eran deficientes, debido a una gran demanda, que eran incapaces de atender.

¿Cuáles fueron sus armas para combatir esa sobrepoblación?

Inicialmente hubo una circular del Instituto Nacional de Criminología que posibilitó reubicar personas dentro del régimen semiinstitucional. Esto siempre se ha hecho y la ley lo posibilita.

También se construyeron tres nuevas Unidades de Atención Integral, tres centros cívicos y se incorporaron las tobilleras electrónicas.

Esta circular estuvo marcada por una frase del Presidente: “Una golondrina no hace verano”. ¿Cuánto cree que afectaron su gestión estas palabras?

Esta expresión del Presidente, lo que quiso significar es que eran personas que podían reincidir, pero no quiere decir que todas las que se iban a pasar a un régimen más abierto lo iban a hacer.

De los aludidos, no llegamos ni a una reincidencia del 5% y eso es exitoso. ¿Se ha devuelto gente a la cárcel? Sí, pero hay 95 personas de cada 100 que aprovecharon esa oportunidad que les dimos.

¿Hubo choques con el Ministerio de Seguridad por sus medidas contra el hacinamiento?

Sí hubo, y es entendible, debido a que la gente está acostumbrada a hacer las cosas de determinada forma. Incluso he encontrado mucha resistencia a lo interno del Ministerio de Justicia.

La resistencia con Seguridad vino de la incomprensión, pues estaban programados de que el castigo es el encierro carcelario. Creían que nuestras medidas de alguna forma tendrían algún impacto en el crecimiento de la inseguridad, lo cual no es cierto.

¿Qué papel juegan las Unidades de Atención Integral dentro de su gestión?

Nuestra estrategia está orientada a posibilitar que la mayor cantidad de personas lleven un plan de vida distinto. Con las Unidades de Atención Integral logramos que sus directores fueran de la mano con la Policía Penitenciaria para hacer cambios en la figura de estos segundos, que ya no fueran más los carceleros que estaban ahí para volar garrote. Además subimos su escala salarial.

A nosotros nos toca que esa persona que ingresó a prisión salga con aptitudes, herramientas y habilidades para insertarse socialmente.

¿En Costa Rica se encarcela mucho?

Demasiado. Encarcelamos 350 personas por cada 100 mil y hace 20 años encarcelábamos 100 por cada 100 mil. ¿Y qué hemos logrado? Si usted tiene que encarcelar cada vez más es porque es ineficaz lo que está aplicando.

También tenemos penas máximas y penas máximas juveniles muy altas (50 años y 15 años, respectivamente).

¿Cree que su modelo puede llegar a desvirtuar el carácter punitivo de las cárceles?

Eso sería válido si usted me dice que la pena es una venganza. Si usted tiene a una persona en la cárcel para vengarse y que sufra, y para “terminarla de matar”, la saca y va a salir peor.

Nuestra filosofía es hacer pasar a la persona por un proceso que le permita reconocer que su conducta fue inadecuada, que no la debe repetir y que debe prepararse para convivir en sociedad, sin hacer daño a nadie.

¿Cuál es el legado que deja al transformar el sistema penitenciario nacional?

Nuestro principal mérito ha sido visibilizar a la población privada de libertad, exponerle a la sociedad costarricense que son personas con dignidad que hay que respetar y asegurarle condiciones adecuadas para que egresen como personas de bien.

¿Teme que la próxima administración vaya en sentido contrario?

Ese temor siempre va a existir.
 

Radiografía de las cárceles

Población carcelaria: 36 mil

¿Cómo llegaron ahí?

36% delitos contra propiedad
18,6% por drogas
16,3% atentó contra la vida
16,9% delitos sexuales
12,2% otro

Fuente: Informe de Ministerio de Justicia ante la CIDH, 2017


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