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INVERSIONISTA


Mercados financieros: Distribución temporal y otros temas

| Lunes 04 febrero, 2008




Mercados financieros:
Distribución temporal y otros temas

Algunas personas ganan más dinero del que desean gastar. Otras, por ejemplo, los jubilados, gastan más de lo que reciben. ¿Cómo se puede desplazar el poder adquisitivo de los periodos de mayor ganancia a los periodos de menor ganancia que se presentan a lo largo de la vida de la personas?

En los períodos de mayores ingresos puede invertir sus ahorros en activos financieros como acciones de una empresa o bonos de un banco. En periodos de menores ingresos puede vender estos valores para dedicar los fondos a cubrir sus necesidades de consumo. Si lo hace podrá “desplazar” su consumo durante toda su vida, asignado de esta forma la cobertura de sus necesidades a periodos que le aseguren una mayor satisfacción. De esta forma los mercados financieros juegan un papel importante en la asignación del ahorro de las personas, separando las decisiones relacionadas con el consumo cotidiano o real, de las oportunidades que se generan a futuro a partir de las ganancias obtenidas.

Lo anterior nos conduce a los conceptos de activos reales y activos financieros, siendo los primeros aquellos utilizados para producir bienes y servicios, en contraste, los activos financieros son derechos sobre los activos reales o los ingresos generados por ellos. En este punto nos remitimos al comportamiento de la economía real que corresponde a los activos donde se producen los bienes y servicios que demandan empresas, Gobierno y personas para satisfacer sus necesidades, sean de producción o de consumo para la subsistencia.

En los mercados financieros es donde se encuentran los demandantes y los oferentes de dinero (inversionistas), quienes tienen que llegar a un acuerdo sobre las condiciones de la transacción. Para los demandantes de dinero, las necesidades están relacionadas con la producción de la empresa o su crecimiento, por lo que el dinero del ahorrante es un factor de producción sobre el que tendrán que pagar un precio, esto es, una tasa de rendimiento que está en función de las utilidades proyectadas.

En el caso del inversionista, este está dispuesto a adquirir valores financieros con una razonable relación rentabilidad-riesgo. Un mayor riesgo está asociado con altas ganancias. A la inversa, ganancias razonables o bajas conllevan un riesgo menor. En nuestros próximos comentarios nos detendremos en otros aspectos de los mercados financieros, con la finalidad de comprender la lógica que mueve las bolsas de valores en el mundo.

Juan Carlos Pérez Herra
jcperez@larepublica.net






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