Lorenzo sobrevive

En Australia recortó distancia con Márquez quien termina descalificado

Jorge Lorenzo y un garrafal error del equipo de Marc Márquez han retrasado al menos una semana más la consecución del título mundial al que deberá ser el campeón más joven en la historia del motociclismo mundial.

Lorenzo sentenció con una victoria la superioridad que mostró en entrenamientos ante su rival y líder del mundial, Marc Márquez, quien con su garrafal error de entrar una vuelta más tarde de lo establecido para una carrera de “bandera a bandera”, acabó siendo descalificado.
Márquez entró en el undécimo giro en lugar del décimo, de lo que había acordado la Dirección de carrera, por lo que la descalificación resultó casi inmediata, mientras Lorenzo se encaminaba a su vigésima novena victoria en MotoGP y la quincuagésima de su carrera deportiva.
“Pensamos que esa vuelta diez también entraba dentro, pero se ve que no, pero bueno, ha sido un fin de semana con bastante confusión, con una carrera muy diferente a lo que pensábamos pero lo más importante y con lo que me quedo es que estábamos luchando por la victoria”, explicó Márquez.
Los neumáticos fueron los protagonistas de un fin de semana caótico para los pilotos de MotoGP que, al no tener referencias previas del circuito de Phillip Island tras el asfaltado completo de la pista, se encontraron con un impresionante agarre que abrasaba los neumáticos.
El sábado, tras todos los entrenamientos, la Dirección de Carrera decidió que la prueba de MotoGP se haría de “bandera a bandera”, o lo que es lo mismo, que los pilotos tendrían que entrar a cambiar de moto, obligatoriamente equipadas con neumáticos nuevos de compuesto duro, entre las vueltas 12 y 14 de las 26 a las que se vio reducida la carrera pero el domingo, tras los últimos libres, Bridgestone no garantizó ni esa distancia y se recortó el Gran Premio de 26 a 19 vueltas, con cambio de moto en las vueltas nueve y diez.
Junto a Lorenzo y Pedrosa al podio subió el italiano Valentino Rossi, que llegó por delante de Cal Crutchlow y Álvaro Bautista.

Phillip Island (Australia)/EFE