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COLUMNISTAS


¡Libertad, igualdad, justicia!

Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 21 febrero, 2014


Conseguiremos justicia para todos cuando el país sea inclusivo y el éxito sea generalizado. Cuando los pobres sean un recuerdo y las desigualdades sean tolerables


Sinceramente

¡Libertad, igualdad, justicia!

Una sociedad no sobrevive si estas tres magnitudes no confluyen y prevalecen siempre. No prevalece la libertad en un régimen de injusticia. No se conserva la justicia en un régimen de disparidad. No se preserva la libertad en un régimen de injusticia.
Así las cosas este país nuestro debe velar por que estas tres magnitudes sean una constante en nuestra vida. Nos hemos descuidado.
Hay un 20% de pobreza en Costa Rica. No hay trabajo para cerca de un 10% de la población, que busca solventar sus necesidades de vida trabajando.
La barrera por excelencia para conseguir trabajo bien remunerado reside en la educación. En la preparación adecuada, aquella que el mercado busca, no necesariamente la que las escuelas y colegios imparten, reside la llave a la superación de la pobreza.
No es posible salir de la pobreza sin educación y la falta de adecuada educación impide el conseguir trabajo. Una gran masa de costarricenses no saldrá de la pobreza rápidamente ya que por edad, y por los programas educativos existentes para solventar esta falencia, la solución es compleja.
La pobreza está haciendo que estas personas pierdan confianza en el sistema democrático y de economía social de mercado. Están llegando a perder la esperanza. Cuando pierdan el miedo surgirá la violencia.
El 80% de los costarricenses que son educados, con afán empresarial, trabajando con ahínco y disciplinadamente ha salido de la pobreza y en buena hora vive con holgura y rodeado de satisfacciones.
Ellos se han separado de la masa pobre y sin educación. El éxito de algunos ha disparado la desigualdad y esto debe llenarnos de enorme satisfacción ya que el país ha tenido éxito con estos, pero un gran fracaso con los otros rezagados. La desigualdad ha crecido, la diferencia entre clases ha crecido. No debemos castigar y desalentar el éxito de unos para que cierre la brecha por degradación de los exitosos. Debemos educar y ayudar con programas asistenciales, a quienes no han podido ser exitosos, para que estos también lo sean.
Algunos atribuyen el fracaso y la pobreza al éxito de unos. Algunos querrían castigar a los exitosos por serlo. Siento que debemos ayudar a quienes no han sido exitosos a serlo. La pobreza debe ser nuestro eje central de preocupaciones nacionales.
La justicia ha sido mal servida. El ser humano no se ha conservado como centro del accionar económico sino que la empresa, el mercado y la globalidad han sido el foco de las preocupaciones.
La sociedad es en consecuencia mirada como injusta por muchos. Esta no debe ser una cruzada para sentar personas en el banquillo de los acusados y responsabilizarlos de no haber hecho, en escandalosos y dañinos juicios mediáticos. Seamos prácticos y no politiqueros, este propósito es para reducir a un mínimo la pobreza del país.
Conseguiremos justicia para todos cuando el país sea inclusivo y el éxito sea generalizado. Cuando los pobres sean un recuerdo y las desigualdades sean tolerables.
Entonces nuestra democracia volverá a ser robusta.

Emilio Bruce
 

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