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COLUMNISTAS


Lectura correcta e incorrecta de la realidad: desarrollo y descarbonización de la economía

Roberto Dobles roberto.dobles@gmail.com | Lunes 28 septiembre, 2020


En el mundo se tiene claro lo siguiente:

• El consumo de petróleo a nivel mundial durará muchas décadas más.

• Este consumo se irá reduciendo progresivamente no por razones de disponibilidad física, sino porque irá siendo sustituido gradualmente por otras fuentes de energía de menor costo y menores emisiones, particularmente por el gas natural.

• Las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial se dan fundamentalmente por el consumo de energía con alto contenido de carbono, como el petróleo, no por su producción.

• El mundo está avanzando hacia una matriz energética cada vez más diversificada como consecuencia de la penetración en el mercado energético de nuevas fuentes de energía que progresivamente están desplazando las fuentes anteriores más caras y de mayores emisiones.

• La lucha contra el cambio climático busca modificar la matriz energética a nivel del consumo, introduciendo las nuevas fuentes de energía de bajo costo que generan menos emisiones y los nuevos equipos de consumo mucho más eficientes que los continuos adelantos tecnológicos están potenciando.

• Esta lucha no busca limitar, con medidas coercitivas, la producción de las fuentes de energía. Lo anterior porque la producción de energía, incluyendo la producción de petróleo, no genera emisiones relevantes.

Los países establecen sus políticas de desarrollo basados en una correcta lectura de las realidades que están aconteciendo nacional e internacionalmente, incluyendo las anteriores.

En esta columna se analizan los casos de dos países, muy parecidos con respecto al tamaño de su población (aproximadamente 5 millones de habitantes), donde la lectura de las realidades ha llevado a consecuencias muy positivas o muy negativas respectivamente, según sea la lectura correcta o incorrecta que se haya realizado.


1. Noruega

La estrategia de este país busca fortalecer continuamente la prosperidad de su población a través del aprovechamiento sostenible de la riqueza nacional, explotando de manera sustentable todos sus recursos naturales, incluyendo sus recursos gasíferos, petroleros, mineros y marinos.

Lo anterior sin perjuicio de las otras opciones complementarias de desarrollo que tienen, las cuales se impulsan fuertemente también.

Gracias a la explotación y la exportación sostenible de los recursos naturales que se encuentran en su subsuelo, que complementan y fortalecen sus otras opciones de desarrollo, Noruega no solamente es un referente mundial del desarrollo sostenible y uno de los países más ricos del mundo, con uno de los niveles de vida más altos del planeta, sino que además es uno de los países más activos en la lucha contra el cambio climático.

Cuenta con una economía muy dinámica y bastante diversificada que difunde ampliamente la prosperidad en la sociedad y es uno de los países en el mundo más equitativos y con menos diferencias de ingresos entre su población.

Sus políticas buscan desarrollar la riqueza nacional que se encuentra en su subsuelo, en el mar y en la superficie para beneficiar a su población actual y futura bajo el concepto de desarrollo sostenible.

La principal riqueza que es el petróleo y el gas natural.

Con respecto al gas natural y al petróleo, un informe del Gobierno de este país titulado “Norway: Exports of Oil and Gas” indica lo siguiente:

• “Noruega es un importante proveedor de petróleo y de gas natural para el mercado mundial y casi todo el petróleo y el gas natural que se producen en la plataforma noruega se exporta”.

• “Los ingresos del gobierno por las ventas de petróleo y gas natural han desempeñado un papel crucial en la creación de la sociedad noruega moderna”.

Desde hace años los estudios venían señalando que “Noruega debe su prosperidad en gran parte a sus yacimientos de petróleo y gas” y que este país “ha minimizado el uso de estos recursos energéticos a nivel nacional para principalmente exportarlos con el fin de impulsar la prosperidad de la nación”.

El Gobierno de Noruega ha sido claro en señalar también que “mientras el mundo necesite petróleo y gas natural, nosotros lo proveeremos”.

Estas políticas le han permitido a Noruega lograr enormes avances en el desempeño económico, social y ambiental del país, como lo muestran los resultados que se citan a continuación:

• Primer lugar en el Índice Global de Desarrollo Humano.

• Líder mundial en inversión y gasto social per cápita.

• Líder y referente mundial del desarrollo sostenible.

• Líder mundial del desarrollo de energías renovables.

• Segundo lugar en el Índice Global de Desempeño de la Arquitectura Energética.

• Tercer lugar en el Índice de Transición Energética.

• Una de las posiciones más altas en el Índice Global de Competitividad Energética.

• Una ubicación privilegiada en el grupo de países con mejor posición en el Índice Global de Desempeño Ambiental.

• Una de las posiciones más altas entre los mejores países para vivir.

• Líder mundial en el proceso de descarbonización de su economía y en la lucha contra el cambio climático.

• Primer lugar en el mundo en la introducción de vehículos eléctricos, tanto a nivel de la cantidad per cápita como en el porcentaje de estos vehículos en la flota vehicular.

• No tiene déficits fiscales y más bien genera grandes cantidades de excedentes fiscales que se invierten en un fondo de riqueza nacional, cuyo rédito anual ya supera los ingresos fiscales anuales generados por la producción y las exportaciones de gas natural y de petróleo.

Adicionalmente,

• Con unos 5 millones de habitantes, “Noruega es uno de los mayores donantes de ayuda exterior del mundo, con el objetivo de aportar el uno por ciento del Producto Interno Bruto cada año”. “El gobierno dice que ha gastado casi 4.000 millones de euros en ayuda exterior en el 2019”.

• Es uno de los países en el mundo que más ayuda da a otros países en la lucha contra el cambio climático. “Las contribuciones financieras climáticas de Noruega para la reducción de las emisiones y la adaptación climática en los países en desarrollo en el 2018 fueron de NOK6.500 millones (€672 millones de Euros), principalmente enfocadas a una mayor inversión en energías renovables”.

• Y “junto con lo anterior, la ayuda externa noruega también continúa apoyando proyectos de combustibles fósiles en países en desarrollo a través de su programa Petróleo para el Desarrollo, que tiene como objetivo reducir la pobreza mediante la promoción de la gestión económica, ambiental y socialmente responsable de los recursos petroleros y gasíferos en esos países”.


2. Costa Rica

Debido a su pequeño tamaño, las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero son igualmente muy pequeñas a nivel mundial y representan el 0,02% de las emisiones mundiales.

Las realidades nacionales e internacionales no parecen estar claras a nivel de las autoridades gubernamentales, de varios diputados y diputadas y de ciertos grupos.

Contrario a lo que hacen los países exitosos del mundo, como Noruega, en Costa Rica se ha optado por instaurar políticas basadas en una mala lectura de la realidad y en dogmas sin sustento técnico y económico.

Los dos ejemplos siguientes son una muestra de lo anterior:

• Primero, el Gobierno impuso un bloqueo al eventual aprovechamiento de una enorme riqueza potencial que se encuentra en el subsuelo en la forma de gas natural y de petróleo (recursos fiscales y no fiscales, divisas, empleo, altos niveles de competitividad, etc.).

Este bloqueo se dio a través de una moratoria establecida por el Gobierno mediante un decreto a la producción de petróleo, el cual afecta también el desarrollo del gas natural.

La evidencia, basada en los datos oficiales, le ha dado razón al Colegio de Geólogos, ya que el consumo nacional de petróleo importado en la forma de derivados y las emisiones al ambiente ha venido creciendo aceleradamente.

Los derivados de petróleo importados llegan ya al 64,5% del consumo energético nacional, tienen una tendencia de mayor crecimiento en el país que el promedio del crecimiento mundial y han venido desplazando el consumo de las fuentes renovables nacionales, razón por la cual la dependencia petrolera nacional ha venido creciendo aceleradamente.

• Segundo, la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa aprobó un proyecto de ley (Expediente No. 20.641) enviado por el Gobierno para prohibir por ley, y no por decreto como está actualmente, la producción de gas natural y de petróleo en el país, el cual se encuentra actualmente para discusión en el Plenario de la Asamblea Legislativa.

Este proyecto de ley adolece de los mismos problemas y falta de criterio técnico, científico, económico, fiscal y social del decreto de moratoria que ha sido señalado por muchos expertos, incluyendo el Colegio de Geólogos, el cual ha indicado que que dicho decreto fue promulgado sin ningún “fundamento técnico y científico”.

Sobre el decreto de moratoria, lo cual aplica también al proyecto de ley que fue aprobado por la Comisión de Ambiente (y que está listo para discutirse en el Plenario Legislativo), el Colegio de Geólogos de Costa Rica ha señalado lo siguiente:

• No existe ninguna “razón para la vigencia de la moratoria ni para restringir la actividad de exploración y producción de hidrocarburos; todo lo contrario, este decreto es un rotundo ‘Sí a los hidrocarburos importados’ y un ‘No a los recursos nacionales’. Si los argumentos y motivos del decreto tuvieran fundamento técnico y científico, habría que declarar, igualmente, la moratoria a las importaciones petroleras del país”.

Existen muchos estudios, provenientes de exploraciones realizadas en el pasado, que señalan un importante potencial en varias zonas del país. Sobre este tema, el Colegio de Geólogos ha sido muy claro en señalar que “Sí hay gas natural” y “Sí hay petróleo” en Costa Rica.

La exportación de esta riqueza potencial que se encuentra en el subsuelo nacional, como lo hacen sosteniblemente Noruega y muchos otros países exitosos, le permitiría al país resolver plenamente todos los problemas económicos y fiscales.

Mientras que en el Gobierno y en la Asamblea Legislativa se busca que esta enorme riqueza potencial nacional no se extraiga sosteniblemente y que se quede en el subsuelo, el país continúa deteriorándose económica, fiscal, ambiental y socialmente, en una creciente espiral de desempleo, pobreza y endeudamiento público.

Y “la solución” que se busca en el Gobierno y en la Asamblea Legislativa es cada vez más impuestos y más endeudamiento del Estado, a sabiendas que esta “solución” no resolverá los problemas que el país tiene y más bien lo lleva cada vez más al abismo.

Lo anterior a pesar de la riqueza potencial que ha sido identificada en varias zonas del país, de que adicionalmente el gas natural va a desplazar al petróleo de su primer lugar en el mundo y de las crecientes importaciones de la riqueza petrolera de los EE.UU., donde el país le paga a esa nación, incluido en el precio de importación, enormes cantidades de impuestos de producción y de refinación.

La razón fundamental que ha sido expuesta por el Gobierno para impedir este tipo de desarrollo se encuentra en el mismo decreto de moratoria (No. 41578-MINAE publicado en La Gaceta No. 130 del 11 de julio del 2019):

• “VII.- Que en el Plan de Descarbonización 2018-2050, Costa Rica ha declarado su aspiración en ser una economía moderna, verde, libre de emisiones,…”.

Sobre la exploración y la explotación de gas natural y petróleo, el Ministro del MINAE señaló lo siguiente el 9 de noviembre del 2019 en el X Congreso Nacional de Empresarios del Combustible:

• “Yo no tengo ningún problema en absoluto con la exploración y la explotación petrolera desde el punto de vista del manejo de los impactos ambientales”.

• “La tecnología de hoy para extraer petróleo y gas natural nos da total y completa certeza de que se puede hacer con cero impacto ambiental. Ahí no veo ningún problema en absoluto”.

• “El país tiene las capacidades. Eso para mí no es un problema. Se deberían de tener las capacidades. Ahí yo no tengo ningún problema. La tecnología, y las experiencias, como lo dice don Carlos (Roldán), están”.

En ese Foro también señaló lo siguiente: “Que vamos a seguir consumiendo petróleo sí, es cierto”.


3. Conclusión

En Noruega, país referente mundial del desarrollo sostenible y líder en la lucha contra el cambio climático y en la descarbonización, se entiende claramente la realidad: el cambio climático no se combate eliminando coercitivamente la producción de energía (incluyendo el gas natural y el petróleo), sino que se combate reduciendo el consumo de aquellas fuentes que generan más emisiones.

Lo anterior con la introducción en la matriz energética de fuentes de menores costos y menores emisiones.

La descabonización la visualizan, en lo fundamental, como el resultado de un proceso permanente de transición energética impulsado por cambios en la estructura de consumo de energía.

Este proceso requiere de muchas décadas y de una enorme inversión continua de recursos financieros y fiscales, los cuales son generados en Noruega por el aprovechamiento sostenible de la riqueza gasífera y petrolera, la cual es mayoritariamente exportada.

En ese país, como en muchos otros, se tiene claro que la descarbonización del consumo energético debe realizarse sosteniblemente sin afectar el crecimiento económico y el progreso social, potenciando a la vez en el tiempo la competitividad energética y la generación de recursos fiscales para evitar déficits fiscales y alto endeudamiento público que terminen agravando el bienestar económico y social de la población.

En Costa Rica, país que genera emisiones relativas ínfimas a nivel mundial de gases de efecto invernadero (0,02% de las emisiones mundiales), las autoridades hacen lo contrario de lo que hacen los noruegos y muchos otros países.

El Gobierno elaboró un “Plan Nacional de Descarbonización” de escritorio que ha demostrado, en la realidad, no tener ningún impacto relevante debido a su diseño, sus reducidas capacidades de implementación y a otros factores adicionales.

La enorme riqueza potencial que se encuentra en el subsuelo nacional, y que este Plan prohíbe desarrollar, podría generar tal cantidad de recursos (fiscales y no fiscales, divisas, etc.) que resolvería todo el serio problema fiscal, de endeudamiento público y de empobrecimiento generalizado que tiene el país, entre muchas otras cosas.

El aprovechamiento de esta riqueza potencial aumentaría también, y de manera significativa, la competitividad nacional, lo cual potenciaría la reactivación económica, el desarrollo de nuevos sectores de actividad económica y el desarrollo económico y social en general.

Con un plan sin impacto positivo relevante en la realidad, elaborado sin estudios detallados y rigurosos (económicos, fiscales, técnicos, sociales, etc.) y con un impacto no mayor al 0,02% de las emisiones mundiales, en el mejor de los casos, se ha preferido penalizar severamente a todo el país, al impedir utilizar una enorme riqueza potencial que ha sido identificada en el territorio nacional.

Y adicionalmente la evidencia mundial demuestra que esta actividad de producción no genera emisiones relevantes y no afecta la descarbonización del país.

La realidad, basada en datos oficiales, más bien demuestra que el país se está carbonizando cada vez más debido al creciente consumo petrolero nacional proveniente del extranjero, lo cual aumenta continuamente las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero.

Y ahora en la Asamblea Legislativa se buscan dos cosas:

• Aumentar cada vez más los impuestos y el endeudamiento público, que van a terminar agravando la severa crisis económica, fiscal y social que el país tiene actualmente.

• Consolidar la situación de severo auto flagelo nacional con un proyecto que prohibiría por ley el aprovechamiento sostenible de una enorme riqueza potencial y que resolvería los problemas que tiene el país (económicos, fiscales, sociales y ambientales).

Este análisis de los casos de Noruega y de Costa Rica muestra de manera clara y contundentemente lo que se debe hacer para prosperar económica, social y ambientalmente, incluyendo la descarbonización progresiva de la economía, y lo que no se debe hacer.

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