NOTA DE TANO

Jonathan Moya, noche mágica en La Catedral

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Viernes 14 febrero, 2020

Cómo se reacomodan pasajes incómodos para los equipos grandes en las ligas del mundo, cuando los llamados “chicos” no dan el golpe de efecto.

En la fecha nueve del Clausura, Jicaral tuvo la oportunidad de empatarle al Saprissa la cima de la clasificación y, además, de haberlo logrado, dejar rezagado al Alajuelense cuatro puntos abajo y así enrumbarse hacia una más probable clasificación a la segunda fase, pero todo se acomodó al revés y fue la Liga el gran favorecido de lo acontecido en la jornada.

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Mientras el benjamín de la primera división se desinfló en su patio en el segundo tiempo y fue arrollado 3-0 por Saprissa, en otro escenario y montado en los aciertos de Jonathan Moya, el León descontó un 2-0 en contra que tenía silenciada La Catedral, le dio vuelta a la tortilla y venció 3-2 a un Guadalupe siempre ordenado que, para desconsuelo de Geiner Segura, se le desordenó en el cierre del cotejo.

Jicaral y Saprissa terminaron 0-0 el primer tiempo y Guadalupe derrotaba al Alajuelense 2-0 en el minuto 51.

Sin embargo, el calor de Lepanto deshizo las fibras de los locales, quienes, quizá, jugaron el peor segundo tiempo de todo el torneo y permitieron que el Monstruo se los tragara, mientras que los guadalupanos no pudieron sostener el vendaval de los locales, que se fueron con todo sobre el marco de Luis Torres y lograron darle vuelta al marcador.

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Si Jicaral derrotaba al Saprissa, hacía 17 puntos y si Alajuelense perdía con Guadalupe, se estacionaba en 13 unidades, pero, al combinarse ese par de resultados, el Saprissa mantuvo la cúspide de la tabla y Alajuelense desplazó precisamente a Jicaral del tercer lugar.

El segundo puesto es para el campeón nacional Herediano, que sigue invicto y solo un punto debajo del Saprissa, gracias a su cómodo triunfo frente al Cartaginés 3-0. Similar a lo sucedido en Lepanto, el equipo de Hernán Medford solo le resistió al monarca un tiempo y se le abrió en la segunda parte.

Rescatar el empate de Universitarios 2-2 en Ciudad Quesada, otro punto que arañan los hoy pupilos de Marvin Solano en su dura misión de evitar el descenso. “Piano, piano si va lontano” dice una bella canción italiana (“Poco a poco se llega lejos”), de manera que si Limón no se apura, los puede arrollar el lento, pero firme, tren celeste.

Con un partido más, Universitarios solo está un punto atrás de Limón en la clasificación acumulada.

gpandolfo@larepublica.net

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