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Hablando Claro

Hoy más que nunca

Vilma Ibarra vilma.ibarra@gmail.com | Miércoles 01 diciembre, 2010


Lo tengo atorado entre pecho y espalda. El articulista de la matutina emisión de la Cámara Nacional de Radio, CANARA, de apellido Valle, afirmó un día de estos que ante la invasión nicaragüense a nuestro territorio (de la cual por cierto parece que nos vamos acostumbrando como a la lluvia pertinaz) era “hora de ir reconsiderando así lo dijo la decisión de abolir el ejército” que de un memorable mazazo escenificó don Pepe hace justamente hoy hace 62 gloriosos años, el primero de diciembre de 1948.

Según la argumentación del articulista, no hacerlo nos pone en mal predicado ante los ojos del mundo entero a tal punto, aseguró, que podemos terminar convertidos en el “hazmerreír de la comunidad internacional” por nuestra indefensión.

Vamos por partes: es cierto que probablemente la invasión a Isla Calero se la pensarían muchas veces más los bravucones gobernantes nicas ante lo que se atreven a denominar la “ocupación militar” por parte de Colombia de las Islas y los cayos que reclaman como suyos. Nadie se mete así como así con uno de los mejores ejércitos de América. Cierto es también que sería difícil pensar que de la noche a la mañana aparecieran esos mismos gobernantes usurpando territorio hondureño aduciendo como lo han hecho en el pasado que tal o cual pedazo les pertenece. Honduras está bien armado y respondería de inmediato. Se desprende entonces con lógica elemental que de ser Honduras o Colombia no nos hubieran atacado el territorio tan vilmente. Pero de ahí a sonar los tambores y lanzar consignas afirmando que debemos reconsiderar la abolición del ejército, no señor.

¿Con cuáles hijos, me pregunto yo? Con los míos no.

A pesar de nuestra desidia respecto de los tesoros de la voluntad de paz, el diálogo, el civismo y la adhesión a los valores patrios (nadie extraña lo que tiene) a pesar de la reducida cuantía que le asignamos a nuestra aún tranquila forma de vida, si de algo estamos seguros es que la inmensa mayoría de los ticos llevamos en nuestro código genético la marca del antimilitarismo.

Y hoy cuando somos atacados y se nos pone a prueba la paciencia, la inteligencia y el coraje que requiere sobrellevar la vía del diálogo descansando en los largos y lentos pasos del derecho internacional; hoy que celebramos el aniversario 62 de la abolición del ejército; hoy más que nunca debemos estar concientes que no somos para nada el hazmerreír de nadie, sino todo lo contrario. Para nuestro propio orgullo. Nuestra paz y nuestra tranquilidad. ¡Feliz Aniversario!

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