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COLUMNISTAS


Feliz 2021, un año electoral trascendental

Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 08 enero, 2021


Sinceramente

Comienzo hoy de nuevo en mi tarea de reflexionar junto a ustedes sobre los principales problemas del país, sobre sus soluciones y sobre las herramientas políticas del populismo empleadas en el país como son los distractores sociales, el romper el tejido social con elementos polarizadores, el impedir el foco de atención y discusión sobre los verdaderos problemas nacionales y claro sobre las soluciones a los mismos.

Damos inicio al 2021, un año electoral cuyas consecuencias serán decisivas para el futuro del país ya que de las decisiones políticas derivarán consecuencias económicas y sociales que afectarán a todos los costarricenses. La democracia y el estado de derecho estarán en juego en el futuro inmediato.

El gasto fiscal presupuestado se ha mantenido estable y veremos si los presupuestos extraordinarios enviados a la Asamblea Legislativa en el curso de los próximos meses lo volverán a hacer crecer. Para mantener o para aumentar el gasto el Gobierno requerirá de más deudas o más recaudación tributaria producto de una economía futura en crecimiento. La máxima de que no se gasta cuando no hay dinero es desoída por los gobernantes. El gastar dos veces los ingresos tributarios en su lógica destructiva y macabra pareciera que seguirá imponiéndose hasta el derrumbe final. Ha muerto el sentido común en las decisiones políticas nacionales.

No hay planteamiento alguno para reactivar la economía. Tampoco hay proyecto alguno para desarrollar una reforma a la estructura del estado que permita la eliminatoria de duplicación de competencias, desperdicio o programas e instituciones cuya vida útil ya terminó.

Sigue el país sin adoptar las soluciones apropiadas para resolver sus grandes problemas, y a ellos se agregará la tarea de elegir a las nuevas autoridades que dirigirán el gobierno y constituirán la Asamblea Legislativa. Este año 2021 veremos una explosión de populismo y de las más grandes ocurrencias de parte de quienes desean cazar votos, persuadir al pueblo de escogerlos a ellos y desviar su atención de las graves dificultades del país introduciendo temas como el aborto, la eutanasia y la adopción de hijos por los matrimonios del mismo sexo y otros temas que importantes para las minorías no son de supervivencia para las grandes mayorías del país.

Espero que los candidatos hablen al electorado de la necesaria y urgente reforma del estado. Espero que los candidatos a la presidencia y a las diputaciones nos describan cómo controlarán el gasto para que se gaste igual o menos de los ingresos tributarios, aunque sea un proceso que demore años. Espero que los costarricenses escuchemos los proyectos de reforma a la Asamblea Legislativa para elegir diputados por nombre y nunca más por lista. Dentro de esta reforma espero que el referéndum revocatorio de mandato para los diputados que resultaron un fracaso también pueda discutirse y aprobarse. Es imperioso que los candidatos a todos los puestos de elección popular opinen y contribuyan en la elaboración de un plan de reactivación de la economía nacional ya que es indispensable disminuir el desempleo sin contar con que el mejor ministro de hacienda para Costa Rica sería una economía en rápido crecimiento.

Será sin duda un año en que se buscará dividir y polarizar a la sociedad. Sin duda alguna los grupos religiosos buscarán volver sobre los temas que generaron el mayor daño político al país, y los favorecieron electoralmente de manera impresionante. Será un año en que el PAC buscará aguijonear a los partidos neo pentecostales para que le ayuden a alcanzar este propósito polarizador de la sociedad. Espero que alguien les recuerde que una sociedad dividida no sobrevive, sino que sucumbe. No se destruye una sociedad por ganar una elección ya que necesitarán luego de la unidad interna y la cohesión social para resolver los problemas y encontrar el respaldo indispensable para implementar dichas soluciones.

Estamos deseosos los costarricenses de observar nuevas caras y planteamientos serios y que solventen los dolores que todos estamos sufriendo. Necesitamos personas y planteamientos que nos generen nuevamente ilusiones y un sentido nacional de propósito. Pleitos no necesitamos más tampoco luchas entre hermanos.

Unidad nacional y de propósito, resolución definitiva de problemas, trabajo y pan para todos, así como justicia para que la impunidad sea cosa del pasado son aspiraciones de las mayorías. Desgraciadamente otros pareciera que serán los temas a tratar y que los gritos destemplados, las acusaciones sin pruebas, la desacreditación de las personas pensantes, la eliminatoria de los mensajeros para que su mensaje no llegue podrían terminar por imponerse.

Las grandes y antiguas fuerzas electorales del país han perdido imaginación y técnica. Algunos piensan que viven un envejecimiento irreversible. Siguen haciendo política y organizando campañas con el modelo para ellos exitoso del pasado remoto. “Big Data”, “Data Mining” o exploración de datos, una orientación política hacia las aspiraciones de los electores, muestras de liderazgo, manejo de redes sociales, son elementos que parecieran estar muy fuera de sus posibilidades y de su utilización. Que dichas agrupaciones logren lo que las fuerzas de la razón indican. Que logren salvar nuestra democracia y expulsar la improvisación y mediocridad que el país vive.

Feliz 2021, un año electoral trascendental. Se acaba el tiempo para defender y solidificar nuestra democracia. Que con optimismo y con seriedad, eludiendo los distractores sociales y evitando la polarización social los costarricenses podamos escoger y decidir nuestro futuro para bien de todos.

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