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El Monstruo asustó y se durmió

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 30 abril, 2012




El Monstruo asustó y se durmió
Metió un gol temprano y con diez hombres le entregó la iniciativa al limitado rival

En el primer minuto de juego el Saprissa tuvo el 1-0 y dos minutos después abrió el marcador. Lo que parecía convertirse en una avalancha morada y una derrota estrepitosa del Santos ni siquiera se transformó en llovizna para el marco defendido por Johnny Aguilar, porque en el minuto 21 fue expulsado Oscar Duarte y el Saprissa se atrincheró, dio cuatro pasos para atrás y dejó que el Santos moviera la pelota de un lado al otro por 70 minutos sin hallar la ruta del gol.
Y ese fue el partido de ida de la semifinal entre morados y guapileños; un par de sustos para los porteros Bolívar y Aguilar y un soporífero para los espectadores que se durmieron mirando al Santos llevar el balón a territorio enemigo con poca o ninguna capacidad para hallar los espacios que le convenían.
El 90% de los ataques santistas terminan con centro a lo que salga en busca de la cabeza salvadora de Cristian Lagos, nulo en el juego a ras del zacate y que tuvo a Douglas Sequeira pegado en su nuca, limitándole sus torpes movimientos, aparte de que jugadores inteligentes como Loaiza, Porras, Rodríguez y Ardetti, no hallaron la fórmula para descifrar el cerrojo morado.
En el minuto uno se descolgó por la derecha Castro, centró fuerte al primer palo, rechazó Aguilar y la bola fue a Centeno al segundo poste, pero el arquitecto local no está para hacer goles de cabeza y remató desviado.
Dos minutos después, un habilidoso, vertical e inatrapable Deiver Vega se llevó la retaguardia rival y fue cazado dentro del área por Crisanto Esquivel. El claro penal lo mandó a la red Mynor Escoe en lo que sería el único gol del partido.
Se sucedieron algunos tiros de esquina en las dos áreas, propicio para presenciar ese retrato mediocre y bajo de mirar a jugadores de las dos partes empujándose, codeándose, golpeándose, fingiendo trompadas y aruñazos, espectáculo detestable que luego propició la expulsión de Oscar Duarte apenas en el minuto 21. Ahí el Monstruo se fue al vestidor del Saprissa, se quitó la máscara de asustar y se acomodó una de prudencia y seguridad, que no se quitó ni cuando Santos quedó también con 10 hombres a 20 minutos del final del partido por la expulsión de Maitland.
Rescatemos un bombazo de Osvaldo Rodríguez que rechazó Bolívar, un par de entreveros en el área morada no aprovechados por los guapileños; los deseos de Centeno y Vega por hacer buen fútbol y pare de contar.
Vence el Saprissa en el juego de ida y ahora los equipos van al Estadio Nacional al partido de vuelta. La serie está abierta pero Guimaraes y Méndez están obligados a que sus discípulos jueguen mucho mejor fútbol si pretenden cada uno salirse con la suya.

Gaetano Pandolfo
gpandolfo@larepublica.net






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