“El gol de mi vida”

Anotación de Álvaro Sánchez trajo extensa celebración en las filas manudas

Los rostros en el banco y la afición mostraban impaciencia, en la mente de muchos los penales por tercera ocasión consecutiva llegarían en una final entre Alajuelense y Herediano, pero a falta de 9 minutos Álvaro Sánchez trajo la llave del gol, tanto que considera el más importante de su trayectoria.

“Me marcho contento y feliz de dejarle un título más a esta afición”, indicó Pablo Gabas en su último juego como rojinegro www.imágenesencostarica.com/La República

“Este momento marca el hecho más importante en mi carrera, es algo soñado, siempre lo esperé y ahora lo que queda es celebrarlo” indicó el sancarleño con una voz llena de orgullo y agradecimiento.
“Nos estaban dejando fuera desde la semifinal ante Limón, le demostramos a muchos de lo que somos capaces y que a unos leones nunca pueden descartarlos en los momentos críticos. Siempre mostramos carácter”, destacó por su parte el meta Patrick Pemberton.
Otros como Armando Alonso, quien fue blanco de comentarios negativos en algún momento por parte de su fanaticada (tal vez por su pasado saprissista), reconoció que a pesar de ser campeón antes con los morados, todos los títulos traen un entusiasmo y sabor diferente y que al final logró mostrar su valía.
Uno de los hechos que llamó la atención, fue la actitud de Oscar Ramírez, técnico erizo, quien con el final, mostró poca alegría y hasta algo de enfado y fastidio. El “Macho” tan solo fue, recogió su medalla dorada y luego se marchó sin saludar ni hablar mucho con nadie.

En palabras de Mauricio Montero, su asistente en el banquillo, al timonel lo tiene incómodo la falta de reconocimiento a los resultados obtenidos en los últimos años tanto de la afición como de un sector de la prensa.
“No reconocen que es un equipo que juega, que hace goles de pizarra, de bola muerta, que sabe pararse en el campo, no es defensivo sino preventivo, que sabe recuperar el balón cuando lo pierde”, comentó “El Chunche”.

 

Sergio Alvarado
salvarado@larepublica.net