El dilema del colón
Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 30 enero, 2013
Existen estos “bancos de desarrollo” para promover el desarrollo de la nación. Que bajen las tasas de interés que cobran y pagan en colones, y el resto del mercado los seguirá
El dilema del colón
El colón costarricense ha sido una moneda bastante estable durante los últimos tres o cuatro años; su valor contra el dólar ha rondado en ¢500:$1 aproximadamente. Lo que ha pasado en este mismo periodo es que, a merced de la historia de las minidevaluaciones, pocos han querido creer en la moneda nacional.
Cuando se pregunta a representantes de instituciones financieras si se debe ahorrar en colones o en dólares, la respuesta es que “se puede con el colón por un año sin riesgo,” pero después “no se sabe”.
Si se pide un préstamo con plazos de más de uno o dos años por un automóvil o una hipoteca, las tasas de interés en colones son tan elevadas que no son viables.
Esas tasas altas no tienen que ver con la “crisis fiscal” o con perspectivas objetivas del futuro del colón, sino que es tan raro históricamente tener una moneda “dura” que los que prestan no se atreven a apostar por préstamos a largo plazo en la moneda costarricense; todavía recuerdan la historia de un dinero que pasó de $1:¢8,50 en 1979 a $1:¢585 en 2008; los que prestan, en general son muy cautelosos.
Es en esto de las tasas de interés donde tienen los jerarcas del gobierno que buscar la solución a la presión de la llegada de tantos dólares al país, algo que obliga al Banco Central a estar comprándolos.
Si las instituciones financieras comenzaran a colocar carteras de largo plazo a tasas comparables con las que cobran en dólares, rápidamente bajarían los intereses en colones en general. Esto lo pudieran hacer para préstamos para pequeñas y medianas empresas, para hipotecas y automóviles.
Si bajan las tasas de interés ocurrirían dos cosas; primero se crearía un alivio al Estado que no tendría que pagar tanto por el dinero que preste, y segundo dejaría de ser el país tan atractivo para los inversionistas internacionales que están colocando solo porque obtienen buenos rendimientos. Estos no tienen interés en invertir en Costa Rica a largo plazo.
La idea que anuncia el gobierno de tasar a lo que han llamado “capital golondrina” es mala y se debe descartar del todo. El gran problema con este plan es que los jerarcas efectivamente no tienen manera de distinguir entre dólares que entran al país para fines de inversión real y los que vienen eventualmente, y que salen cuando las tasas bajen.
Terminarán tasando a todo el mundo, que sería contraproducente para la reputación de Costa Rica, o no tendrían capacidad de cobrar nada. Seguramente esta idea surge de la sed que tiene el estado de obtener ingresos nuevos, y no tanto por ser medida efectiva.
Comiencen con los bancos estatales, señores ministros. Existen estos “bancos de desarrollo” para promover el desarrollo de la nación. Que bajen las tasas de interés que cobran y pagan en colones, y el resto del mercado los seguirá. Esa es la salida inmediata al dilema del colón. Alguien tiene que creer en la moneda nacional.
Carlos Denton
cdenton@cidgallup.com
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