Desmitifiquemos el liderazgo
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 07 septiembre, 2011
Desmitifiquemos el liderazgo
Le invito a hacer este ejercicio: Tache en este texto las cualidades que se atribuyen a un buen líder de equipo y que considere no poseer usted.
Las personas líderes son visionarias, siempre tienen una propuesta sobre el rumbo a seguir. Carecen de dudas y son seguras al tomar decisiones sobre el futuro. Son apasionadas por esta visión e inspiran a otros a seguirles. Su carisma hace que todos desamarren temores. Evidencian capacidad para comunicar y convencer sobre sus ideas. Rara vez se equivocan, lo que les convierte en confiables y seguras.
La habilidad para aglutinar la voluntad de otras personas es un sello inequívoco de su liderazgo. Se relacionan con facilidad, toman la iniciativa para proponer acciones, incluyen a los miembros del equipo en sus proyectos y disfrutan estar a cargo de casi toda la responsabilidad. Empoderan a sus “jugadores” manteniendo relaciones basadas en la exigencia por resultados, el respeto y la humildad para servir; por eso gozan del afecto colectivo. Están bien conectadas con su equipo, involucradas en las tareas y detalles, valorando explícitamente los aportes de sus miembros.
Una persona líder es guía, ofrece justa retroalimentación, es asertiva al hablar y es receptiva al consejo ajeno. Acepta sus errores, pide disculpas; su actitud reflexiva le facilita aprender de la experiencia y está atenta para felicitar, agradecer y reconocer méritos ajenos. Denota inteligencia emocional para conocerse a sí misma y tener empatía hacia sus semejantes. Su sentido del humor anuncia ecuanimidad y sensibilidad por lo relevante.
A estas cualidades se suman la audacia, la firmeza de carácter, adecuada autoestima, entusiasmo contagioso y un compromiso no negociable por los resultados. Su disciplina y equilibrio son envidiables. La generosidad le lleva a dar créditos a los demás por los logros. Su extraordinaria memoria le permite conocer a fondo detalles de personas y situaciones. Con su carisma, puntualidad y eficiencia para ejecutar, lleva a su equipo más allá de los límites, al alto desempeño.
¿Cómo le fue en esta evaluación? Si no borró nada, revise la palabra humildad en el tercer párrafo. Si borró mucho, le damos la bienvenida al mundo del liderazgo, al de seres humanos normales que hacen cosas extraordinarias, como usted, con virtudes y carencias.
¿Conoce a alguien que satisfaga todos los requisitos que tanto se divulgan sobre líderes ideales?
German Retana
german.retana@incae.edu
Le invito a hacer este ejercicio: Tache en este texto las cualidades que se atribuyen a un buen líder de equipo y que considere no poseer usted.
Las personas líderes son visionarias, siempre tienen una propuesta sobre el rumbo a seguir. Carecen de dudas y son seguras al tomar decisiones sobre el futuro. Son apasionadas por esta visión e inspiran a otros a seguirles. Su carisma hace que todos desamarren temores. Evidencian capacidad para comunicar y convencer sobre sus ideas. Rara vez se equivocan, lo que les convierte en confiables y seguras.
La habilidad para aglutinar la voluntad de otras personas es un sello inequívoco de su liderazgo. Se relacionan con facilidad, toman la iniciativa para proponer acciones, incluyen a los miembros del equipo en sus proyectos y disfrutan estar a cargo de casi toda la responsabilidad. Empoderan a sus “jugadores” manteniendo relaciones basadas en la exigencia por resultados, el respeto y la humildad para servir; por eso gozan del afecto colectivo. Están bien conectadas con su equipo, involucradas en las tareas y detalles, valorando explícitamente los aportes de sus miembros.
Una persona líder es guía, ofrece justa retroalimentación, es asertiva al hablar y es receptiva al consejo ajeno. Acepta sus errores, pide disculpas; su actitud reflexiva le facilita aprender de la experiencia y está atenta para felicitar, agradecer y reconocer méritos ajenos. Denota inteligencia emocional para conocerse a sí misma y tener empatía hacia sus semejantes. Su sentido del humor anuncia ecuanimidad y sensibilidad por lo relevante.
A estas cualidades se suman la audacia, la firmeza de carácter, adecuada autoestima, entusiasmo contagioso y un compromiso no negociable por los resultados. Su disciplina y equilibrio son envidiables. La generosidad le lleva a dar créditos a los demás por los logros. Su extraordinaria memoria le permite conocer a fondo detalles de personas y situaciones. Con su carisma, puntualidad y eficiencia para ejecutar, lleva a su equipo más allá de los límites, al alto desempeño.
¿Cómo le fue en esta evaluación? Si no borró nada, revise la palabra humildad en el tercer párrafo. Si borró mucho, le damos la bienvenida al mundo del liderazgo, al de seres humanos normales que hacen cosas extraordinarias, como usted, con virtudes y carencias.
¿Conoce a alguien que satisfaga todos los requisitos que tanto se divulgan sobre líderes ideales?
German Retana
german.retana@incae.edu