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COLUMNISTAS


¿Desaparecieron las tesis e identificaciones políticas?

Vladimir de la Cruz vladimirdelacruz@hotmail.com | Miércoles 15 enero, 2020


Pizarrón

Me desarrollé de joven con sólidas ideas políticas, con conocimiento bastante amplio de doctrinas políticas con las cuales me identificaba, el socialismo científico, el marxismo leninismo, el comunismo, con prácticas políticas que correspondían a esos planteamientos, participé de estudios concentrados de estos temas, y de estudios semanales de la realidad política nacional donde de una u otra manera tratábamos de aplicar nuestros conocimientos teóricos a la interpretación de la realidad nacional, la realidad política, económica y social.

Los jóvenes de mi generación éramos inquietos en este sentido. Los que estábamos en la izquierda así nos comprendíamos, entendíamos y actuábamos.

Al frente nuestro teníamos otros jóvenes, también brillantes, en sus propias ópticas políticas y partidarias.

Los jóvenes que pertenecían a la Democracia Cristiana, antes de 1970, eran igualmente estudiosos y sólidos en sus fundamentos doctrinales. Los jóvenes cristianos que se desarrollaron a la luz del II Concilio, y de las Conferencias católicas desarrolladas en América Latina, como la del CELAM, que facilitaron el desarrollo de grupos cristianos de izquierda, de lucha por el Socialismo, que se dieron también en Costa Rica.

Los jóvenes agrupados en la Juventud Liberacionista, o en la socialdemócrata universitaria, eran estudiosos de su Teoría la Socialdemócrata, tenían su centro de Capacitación en La Catalina, en Barba de Heredia. A la Catalina llegaban jóvenes de distintas partes de América, por el financiamiento que tenían de la Fundación Ebert y del movimientos socialdemócrata europeo, especialmente alemán.

Los jóvenes Socialcristianos, más vinculados a partidos de esta naturaleza, aunque aún no se había desarrollado o surgido el Partido Unidad Social Cristiana, desarrollaron sus conceptos a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, y de su propio centro de capacitación en San Isidro de Coronado.

Hasta las posiciones de derecha política se intensificaron en la Universidad en el debate diario. Frente a la actividad que desarrollamos desde el Frente de Acción Universitaria, la organización de la izquierda comunista en ese momento, desde 1967 en adelante, el Movimiento Costa Rica Libre se desarrolló con su organización estudiantil universitaria. Frente a nuestro periódico regular “Unidad”, el Movimiento Costa Rica Libre editó “Hombre Libre”.

Luego a partir de los 70s aparecieron otros periódicos en el medio universitario, “Universidad” , “El Universitario”, que era el periódico de la Federación de Estudiantes, que venía desde los años 50s. con bastante regularidad, y otros vinculados a nuevos grupos de izquierda que iban surgiendo a partir del año 1970 y las luchas estudiantiles organizadas a partir de esos años.

El debate político se inscribía en el escenario de los temas estudiados, en esos años, en Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica, el Siglo XIX, cuando a partir de 1967 se había superado como tema central de estudio, al iniciar la Universidad, el Siglo V AC. Eran los temas de la Revolución Industrial, del origen de la clase obrera, del sindicalismo y de los partidos obreros y clasistas, del romanticismo europeo, del positivismo, del liberalismo, del socialismo en todas sus formas, de la revolución genética, de las grandes revoluciones, la Americana, la Francesa y sus repercusiones en las procesos revolucionarios de 1820,1830 y 1848, la Independencia de América y los procesos de descolonización que empezaban a darse, las teorías políticas del liberalismo y del socialismo en general. Estaban los temas álgidos del momento, la Guerra en Viet Nam, la luchas guerrilleras en América Latina, la Revolución Cubana, la descolonización en Africa y en Asia, el desarrollo de los Movimientos de Liberación Nacional, y las distintas vertientes de movimientos antiimperialistas que se daban, la existencia de las dictaduras que abundaban en el continente y la lucha contra ellas.

El debate universitario era intenso, duro, caliente, pero respetuoso de las tesis esgrimidas. En aulas, o en auditorios, por ejemplo, discutíamos los del Frente de Acción Universitaria con los del Movimiento Costa Rica Libre.

Se fomentaba en la Universidad un gran debate académico, en auditorios, en el que también se integraban los profesores de diversas posiciones filosóficas, políticas y partidarias. El debate era constante. Hoy las actividades de reflexión y de debate de ciertos temas o situaciones es esporádico y muy coyuntural.

El escenario universitario actual no es, a la distancia lo digo, ni parecido. Hoy incluso en la construcción de los nuevos edificios académicos han desaparecido los grandes auditorios. Hay salas para este tipo de reuniones.

No hay un debate intenso de los jóvenes universitarios, de distintos signos políticos y organizaciones políticas, que con respeto se puedan reunir a discutir sobre los temas propios, universitarios, estudiantiles, los nacionales, políticos e internacionales.

No hay a la vista organizaciones de los partidos políticos en el ámbito estudiantil, como existían antes, a la par de la Federación de Estudiantes, y actuando dentro de la Federación. Hay hoy algunas organizaciones estudiantiles y activas.

En resumidas había antes una situación en la que los jóvenes, y quienes participábamos de la actividad política, nos educábamos en las ideas políticas, en las doctrinas políticas, con las cuales nos identificábamos.

Los partidos políticos “huyeron” de las universidades con sus organizaciones propias, aunque haya jóvenes que se identifican con esos partidos. En la existencia de grupos estudiantiles cuesta identificar cuál es de cuál partido político.

A nivel nacional ha sucedido algo parecido. El debate teórico, político, ideológico ha desaparecido. No han desaparecido pensadores y actores políticos que con frecuencia puedan emitir sus opiniones. Lo que no hay es debate, discusión, ni se alimenta. Los partidos políticos se han desdibujado en este sentido. Existen los partidos políticos, y para estas elecciones municipales, más de cien se han inscrito para participar. Hoy todos los partidos políticos se identifican con el régimen democrático que tenemos, y estatutariamente así lo tienen que declarar, de lo contrario no podrían participar en los procesos electorales. La izquierda tradicional, marxista leninista, socialista, poco esfuerzo hace por identificarse como tal. El más claro en este sentido es el Partido de la Izquierda, inscrito en Limón. Los partidos que se identifican con el pensamiento de León Trostky también, como el de los Trabajadores. El Partido Vanguardia Popular, el comunista histórico, desapareció del escenario electoral.

Como debate lo que hay es arenga panfletaria, carente en la mayoría de las veces del análisis conceptual y político, orientada la arenga a la descalificación de los contrincantes con epítetos, con adjetivos negativos, denigrantes y a veces insultantes. En la arenga panfletaria priva la ausencia de los datos y del conocimiento particular de la realidad que pueda fundamentarse con esos datos.

En el debate destaca el ataque personal,

Esto es lo que he oído y visto en los distintos foros que hacen medios de comunicación, a propósito de las próximas elecciones municipales, con los candidatos a alcaldes en cada cantón.

En estos encuentros de candidatos, dirigidos a que puedan dar sus puntos de vista sobre por qué aspiran a las alcaldías, predominan los ataques directos, personales, entre los candidatos, a la descalificación de ellos por sus alejamientos cotidianos de los asuntos de las alcaldías y municipalidades, por el manejo de cómo se llevan las alcaldías y municipalidades. Se concentran los ataques a aquellos alcaldes que aspiran a la reelección, que son casi la mitad de los 82, por lo que no han hecho, y por lo que se esperaba que hicieran, por lo que hacen intensificando el trabajo de sus municipalidades en la víspera de las elecciones.

De excepción, en las intervenciones que visto u oído, los candidatos hablan por sus partidos políticos, identificándose con los partidos que representan. Ninguno, prácticamente, lo hace con referencia a los idearios políticos de sus partidos, a sus lineamientos políticos, por ejemplo, de izquierda, socialistas, socialdemócratas o socialcristianos, ni cristianos de nuevo tipo o pentecostales, que tienen sus temas. Hablan más personalmente, por ellos mismo, por lo que creen que pueden proyectar como personas ante quienes los oyen. No provocan confianza en los partidos que representan, porque en la realidad los partidos a nivel cantonal no existen. Aparecen, como los abejones de mayo, solo para los períodos electorales. Las vallas publicitarias que están apareciendo en esta quincena están igualmente dirigidas a llamar a votar por un grupo de personas, el alcalde, y sus dos vicealcaldes. En ocasiones integran en la foto a unos candidatos al Concejo Municipal o en el mensaje incluyen algunos nombres de los candidatos al Concejo. Del todo están invisibilizados los candidatos a los miembros de los Concejos Distritales.

En lo que he podido apreciar nadie, literalmente nadie, ha hecho alarde de su trayectoria partidaria en la Alcaldía o en los Concejos. Ninguno de los candidatos que he oído, hasta hoy, llama a votar por el Partido que representan para continuar el trabajo político que ese partido ha venido desarrollando en la Alcaldía o en el Concejo Municipal.

Si hay algo que es altamente politizado es justamente el Concejo Municipal y las mismas alcaldías. Desde la reelección que les es permitida, en lo que estoy de acuerdo, a alcaldes y concejales, el trabajo político partidario de quienes ocupan esos puestos así debería valorarse y traducirse en la práctica de cada comunidad y de la conciencia de los ciudadanos de cada cantón.

La politización de los Concejos Municipales es similar, en igual grado, a la que tiene la misma Asamblea Legislativa. Allí en cada Concejo Municipal hay representantes de partidos políticos, llegaron allí por partidos políticos, respondiendo a ellos, supuestamente con un Programa político y con acciones a tratar de ejecutar. En la realidad esto no funciona desde que se integra el Concejo con sus nuevos representantes. Pocas veces en nombre de sus partidos hablan y actúan.

El Alcalde no tiene las limitaciones que le son impuestas a los miembros del Poder Ejecutivo. El ámbito de su reelección les sobrepasa. No tienen impedimentos de naturaleza política para actuar.

Cada Cantón, con su Alcaldía y Concejo Municipal es como una pequeña república. Si un partido político que gobierne una Alcaldía y gobierne por mayoría de concejales, o como resultado de una alianza de concejales, para impulsar obra de gobierno local, puede vender esa imagen señalando ese “edén cantonal”, como imagen para proyectar ese partido a escenarios más amplios, provinciales o nacionales. Esas “islas” de gobiernos “diferentes” no existen. Cuando la izquierda ha ganado algunas “alcaldías” en los siguientes procesos electorales las ha perdido. Sucede igual con otros partidos políticos, incluido los partidos gobernantes. El Partido Acción Ciudadana es un ejemplo actual.

La actividad política es para lograr efectos que sumen y multipliquen, no que resten o dividan.

Si a nivel nacional hoy hay carencia de identificación doctrinal, teórica, de ideario político, con más fuerza se siente esa carencia en los partidos que actúan en las elecciones municipales.

¿Desaparecieron las tesis e identificaciones políticas? No, no han desaparecido. Hay nuevos enfoques de las teorías clásicas. Sobre todo hay nuevas temáticas que desbordan desde su análisis los planteamientos clásicos de las doctrinas y teorías políticas.

Hay hoy más temas de identificación ciudadana que trascienden a la identificación “ideológica”. Temas ecológicos, ambientales, de derechos humanos, de libertades, de protección de sectores sociales, de protección a los animales, entre otros, mueven más a las nuevas generaciones de ciudadanos y a la ciudadanía en general.

Muchos de estos partidos municipales que participan en las elecciones convocadas se inscriben en estas temáticas, a un nivel muy regional.

Hay que revivir las identificaciones políticas, las identificaciones teórico políticas, las identificaciones doctrinales en la lucha política nacional.

También, en el pasado, nos educábamos en el respeto a los líderes de nuestras organizaciones políticas, con admiración, en el estudio de sus escritos y discursos, en la discusión de sus tesis y planteamientos. Hoy esto no se siente, ni a nivel universitario, ni a nivel de los partidos políticos, ni a nivel nacional.

A nivel de liderazgos nacionales hoy casi no hay. No se sienten a nivel de los mismos partidos, porque los partidos carecen de esas figuras nacionales y tampoco las fomentan o impulsan, así se han desarrollado mini liderazgos, coyunturales, casi a modo del viejo gamonalismo dentro de los partidos. Hay más cuestionamiento de liderazgos en los partidos que seguimiento de líderes.

El liderazgo es una realidad en cada organización social y política, y el culto hacia los líderes, de manera respetuosa, debe fomentarse. Todas las sociedades, y las sociedades políticas con más razón, tienen sus líderes políticos, por citar algunos, de la esfera política y religiosa, Manuel Mora Valverde, Rafael Angel Calderón Guardia, José Figueres, Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez. El que haya muchos o varios lideres en los partidos no es un mal, puede ser una fortaleza, cuando todos ellos actúan unitariamente en el desarrollo y proyección de su partido político. Diversidad de Opinión y Unidad de Acción es un eje dialéctico de esta realidad.

No sucede así hoy. Muchos pequeños líderes, en el interior de los partidos, actúan por la libre, segmentando los partidos y sus militantes, adherentes y simpatizantes, criticando al absurdo a sus líderes opuestos, al margen de sus propios principios partidarios, creando diablos políticos internos y externos, “bajándoles el piso” a los líderes históricos y políticos destacados de sus partidos, aun cuando han sido prominentes figuras políticas y públicas, hasta de gobierno, que le han dado réditos electorales a sus propias organizaciones partidarias, y resultado de ello han permitido el desarrollo de esos nuevos liderazgos.

¿A cuales escenarios de partidos políticos nos enfrentamos en los próximos años, o sin ir muy largo, hacia el proceso electoral nacional del 2022? ¿Qué partidos políticos o cuales partidos políticos debemos impulsar? ¿Con cual visión política, con cual ideario político debemos visualizar la Costa Rica de este siglo XXI que ya consumió su quinta parte?



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