Daniel Vargas busca conquistar las alturas del Everest

El monte Everest no solo es una prueba de resistencia física, sino también un desafío mental y emocional que pocos se atreven a emprender. Para el deportista costarricense Daniel Vargas, este reto representa un largo camino que ha perseguido desde hace casi dos años cuando una visita al campamento base despertó en él la ambición de conquistar la cumbre más alta del mundo y que el 14 de abril empezará a materializar.

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Vargas destacó en una entrevista con LA REPÚBLICA que esta pasión por el deporte nació desde los ocho años con el fútbol. Luego empezó a practicar otras disciplinas hasta llegar a la idea de cumplir este desafío y todo lo que implica una expedición de esta magnitud.

“Siempre he sido una persona de retos y este reto creo que se me fue de la mano, pero inició de una manera muy inocente, fui al campamento base y me encantó la experiencia he ido ya cuatro veces y una persona con la que yo trabajo me preguntó que si iba hacer la cima y al final fue una semillita que sembró en mí y la empecé como a germinar con ideas y empecé a investigar”, expresó.

El joven atleta comentó que esta experiencia no solo le ayuda en su vida personal y deportiva, que a su vez lo convertiría en el joven tico más joven en subirlo, sino que también ha visto como complementario en el área profesional, ya que actualmente se encuentra cursando una licenciatura en psicología y es experto en psicología positiva, además de tener un master en inteligencia emocional.

“Va muy de la mano con todo lo que estoy haciendo ahora y al final la motivación tiene algo personal, pero en realidad lo hago para demostrarle a la gente la importancia que es tener objetivos y de vencer esos miedos”.

“Parte de la razón principal por la que yo voy es si yo me voy a dedicar a la psicología y la idea o intención mía es ayudar a la gente, también me gustaría que la gente que venga o acuda a mí por ayuda vean que tengo el conocimiento pero que también lo sé aplicar, eso le da mucha credibilidad a lo que yo vaya a decir o el mensaje que yo quiera aportar”

La preparación de Daniel ha sido exhaustiva, incluyendo entrenamientos físicos, adaptación al clima extremo y pruebas médicas para garantizar su salud y seguridad durante la travesía. Además, que lo ha complementado con baños de contraste y experiencias en ascensos en lugares como Nepal, Ecuador y África.

“Uno de los médicos me hizo ver mi trayectoria a nivel deportivo desde una perspectiva muy diferente. Él me dijo ´usted ha entrenado toda su vida para esto´ y los test y las pruebas que hemos hecho nos los rectifican y yo creo que eso ha jugado un papel muy importante del lado mío. La alimentación sumamente importante, la suplementación y haber estudiado la recomendación de ejercicios de cómo hacer una planificación también eso me ha ayudado porque yo mismo me planifico a mí mismo mi entrenamiento”.

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Por otro lado, el mayor reto para Vargas es el alejarse durante dos meses de su familia, a quienes describió como un “trípode” en su vida. Sin embargo, el apoyo, el mostrarle a su hija que se pueden cumplir los sueños y la mirada fija en la meta han sido de las fuerzas motivadoras para seguir adelante con lo que él describió como “una locura”.